En el año 2019, en medio de una creciente pasión por la gastronomía y el deseo de ofrecer algo único a los amantes de la comida italiana, nació Francescana, un emprendimiento culinario que ha cautivado los paladares de todos aquellos que han tenido el placer de probar sus creaciones. Ese sueño modesto, hoy se ha convertido en una referencia en la escena gastronómica local.
La historia de Francescana comenzó con la visión de un grupo de jóvenes emprendedores, quienes, en el marco de un estudio de tesis de la carrera de Agronomía, se encontraron con un ingrediente que cambiaría sus vidas para siempre: la mozzarella fresca, también conocida como Fior Di Latte. Durante su investigación sobre la “industrialización de los productos lácteos”, estos apasionados estudiantes se sumergieron en el fascinante mundo de la producción de este queso italiano esencial en la pizza.
Fue así que se enamoraron de la tradición y la artesanía que rodea a la mozzarella fresca. Desde la selección de la leche de la más alta calidad hasta la cuidadosa elaboración de la mozzarella en sí, quedaron impresionados por la atención al detalle que requería cada paso del proceso. Esta pasión y dedicación los llevó a tomar un camino inesperado: la creación de su propia marca de mozzarella fresca, la cual se convirtió en el alma de Francescana.
Sin embargo, Francescana no se limitó solo a la producción de mozzarella. Inspirados por su amor por la cocina italiana, comenzaron a explorar y expandir su carta. Lo que comenzó como un servicio de pizzas para eventos privados, se convirtió en una propuesta gastronómica diversificada que abarcaba una amplia gama de platillos auténticos italianos.
Las pizzas elaboradas con su propia mozzarella fresca, se convirtieron en elogiadas por su sabor y calidad. Pero no se detuvieron ahí, los jóvenes fueron agregando nuevos platos en su menú milanesas, pastas, guarniciones, ñoquis rellenos y empanadas, en donde cada plato refleja la pasión y el respeto por los ingredientes de calidad que habían descubierto durante su investigación.
Con el tiempo, Francescana no solo se ganó un lugar especial en los eventos privados y la escena local gastronómica, sino que también se expandió con la apertura de su propio restaurante. Este espacio se convirtió en un punto de encuentro para aquellos que buscaban experimentar la auténtica comida italiana, preparada con amor y dedicación.
Hoy día, Francescana es un testimonio de cómo la pasión y la curiosidad pueden dar lugar a emprendimientos culinarios excepcionales. Su historia es un recordatorio de que, a veces, el camino más delicioso es aquel que te lleva a explorar y apreciar los sabores tradicionales de la cocina.
La propietaria, Valentina Quevedo, relata que la primera inversión de la marca fue una moto, desde donde en poco tiempo ofrecieron el primer servicio de cocina en vivo de sus pizzas napoletanas.
Actualmente siguen ofreciendo la experiencia de eventos privados donde llevan su icónico carrito y realizan las pizzas en vivo. Además cuentan con pizzas pre cocidas envasadas al vacío y un kit de pizzas donde buscan que el cliente viva la experiencia de cocinar en la casa, esta propuesta no solo incluye la masa e ingredientes sino que también ofrecen una piedra refractaria para que puedan realizar la cocción de las pizzas a 450 C al horno.
Y por supuesto, el local físico para que los clientes pasen a disfrutar de todos los productos. El precio en el local de las empanadas y milanesas ronda entre los G. 30.000 a G. 90.000. Actualmente cuentan con 20 personas trabajando en el local, el 80% tiene menos de 30 años y muchas ganas de crecer y seguir aprendiendo.
“A mis 27 años puedo decir que el mejor consejo que alguien me pudo dar es aprender que por más fuerza, conocimientos y ganas que tengas, necesitas de tus funcionarios para que la empresa crezca. Pude haber hecho mucho sola, pero también me debo a mi equipo, a quienes agradezco por ser parte del crecimiento de la empresa. A futuro tenemos otro proyecto de cocina en vivo y una pequeña expansión del menú ”, expresó Valentina.
El local se ubica en Asunción sobre la calle Dr. Camacho Duré 165 casi Santísima Trinidad, barrio Mburucuyá. El horario de atención es de martes a domingos de 19 a 00 horas y los viernes, sábados y domingos abren para almorzar de 12 a 15 horas.
Para mayor información ingresar a sus redes sociales como @francescana_py.