El científico compatriota explica sobre las ventajas sociales y económicas que otorgarían a nuestro país aplicar este campo de la ciencia - la nanotecnología- desde medicina, cosmética y hasta salud.
Hace más de 400 años, en 1609, Galileo Galilei construía el primer microscopio de la historia y con él comenzó a investigar sobre los hasta ese momento pequeños y desconocidos seres. Casi tres siglos después, en 1898, el escritor H. G. Wells publicaba una novela llamada “La guerra de los mundos” en la que los marcianos invadían la Tierra, pero no lograban su cometido porque son vencidos por “las criaturas más diminutas que Dios en su sabiduría puso sobre la Tierra”, ¡las bacterias!
Pero ni la simpleza de Galilei ni la fantasía de Wells se comparan con la realidad actual en la que la ciencia logra manipular la materia a una escala casi atómica con la llamada nanotecnología.
“Aunque es cierto que esta tecnología parece estar muy lejos, fuera del ámbito académico, en realidad existen muchos productos que poseen componentes nanotecnológicos. Existen pastas dentales con nanopartículas, la tecnología de los televisores QLED, incluso nanopartículas de plata se usan en telas de manufactura de vestimenta para darles propiedades antimicrobiana”, revela el químico farmacéutico paraguayo, Hamoudi Ghassan Awde Alfonso, quien realiza un doctorado en la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.
El científico sueña con volver a Paraguay para implementar lo aprendido. Confía en que con el favorable clima de negocios que se vive actualmente, desembarquen nuevos inversionistas interesados en diversificar sus negocios en un rubro tan trascendental para el desarrollo económico, como el de la nanotecnología.
Hamoudi cuenta que formular fármacos con nanopartículas otorga mejorías en su solubilidad, permeabilidad, bioadhesión, básicamente se logra que el medicamento llegue más eficientemente al sitio donde debe hacer efecto con menor dosis, por ende, se abaratan costos de materia prima y se reducen los posibles efectos adversos.
Explica que otra ventaja es que las formulaciones en nanopartículas permiten usar una vía de administración alternativa. “Por ejemplo, algo que usualmente debe darse vía oral puede adaptarse a vía tópica para ejercer efecto sólo donde debe y no en todo el cuerpo. En caso de los inyectables, poder administrarlos de otra forma implica mucha comodidad para el paciente y se logra una terapia más eficiente, segura y barata”, opina.
En cuanto a nanocosmética, las cremas con nanopartículas incrementan su penetrabilidad, por ende hacen mejor efecto sobre la piel, asegurando la nutrición de esta y una buena bioadhesividad. “Permite, por ejemplo, que los labiales no se corran ni se salgan. También la nanoencapsulación asegura la conservación de nutrientes y otras moléculas inestables que deseen incorporarse a los cosméticos, champús, cremas, rímel o bloqueadores solares”, expone.
Conciente de la amplia gama de aplicaciones que podrían beneficiar a nuestro país, el compatriota inició conversaciones para lograr posibles convenios para formar profesionales en el área. “Para lograrlo necesitamos gente que se anime a formarse y tener el respaldo económico. El monto para equipar un buen laboratorio de nanotecnología varía. Por ejemplo, una nanomolienda sólo requiere el polvo que se desee nanometrizar. Un nanomolino está en alrededor de 50 mil a 60 mil dólares. Ahora bien, si quisiésemos montar un área desde cero en una industria ya establecida diría que la inversión sería entre 500 mil y 800 mil dólares”, refiere.
La inversión no es mucha si se tiene en cuenta los beneficios socioeconómicos que traería al Paraguay. Hamoudi entiende que un país con productos optimizados con tecnología de vanguardia hace que sean atractivos para el mercado global, por ende la exportación crecería. También dice que muchos de los nanosistemas permiten el máximo aprovechamiento de las materias primas, disminuyendo los residuos, por tanto menos costos de tratamiento y menor necesidad de comprar materia prima al utilizarla mejor. Además, en términos de nanomedicina, al optimizar el efecto de una molécula terapéutica, esta podría necesitarse en menor dosis y debe utilizarse menor cantidad, abaratando los costos.
“Vuelvo a Paraguay en 2024 y comenzaré a buscar áreas de desarrollo de productos.Con mi jefe estamos evaluando una posible consultoría farmacéutica/ cosmética. Me encantaría poder insertarme en las universidades para dar clases y capacitar en las innovaciones actuales”, explica Hamoudi, quien sigue enumerando las maravillas que se logran en este campo, desde la detección más temprana del cáncer con ayuda de nanopartículas modificadas hasta la tinción de tumores para visualizarlos mejor con las técnicas de imágenes para las cirugías de extirpación.
“También se habla de la llamada quimioterapia dirigida, con la cual el fármaco sólo llega y hace efecto sobre el tumor y no en el resto de los tejidos, disminuyendo enormemente las reacciones adversas”, revela.