Argentina se prepara para las elecciones presidenciales en un entorno de nerviosismo político -que afecta al ámbito económico-, tras la victoria de Javier Milei. Las propuestas del candidato son un terremoto para el conservadurismo y una llamada de atención para Paraguay.
Comentar las propuestas de Javier Eduardo Milei (52) es un desafío. De hecho, se desconoce su gestión tanto privada como pública, si alguna vez la tuvo. No es “fenómeno” novedoso en la Argentina. Desde siempre -se verifica en la historia- emergen propuestas con perfumes liberal, neoliberal, “anarco liberal”. Lo exótico no es extraño en este país.Ni en ningún otro. La propia democracia favorece ese tipo de prácticas, asegura Ricardo Rivas, corresponsal de Nación Media en Argentina, quien brinda un panorama socioeconómico acerca de cómo podría afectar su llegada al sillón presidencial.
¿Qué tiene de novedosa la propuesta de Javier Milei?
Lo novedoso, tal vez, es que el diputado Milei, con sus propuestas y según coincidentes encuestas, alcance niveles de “intención de voto” que promedian los 15 puntos porcentuales. Su discurso y/o más aún, la forma en que lo expresa es lo llamativo al igual que algunas de sus más frecuentes expresiones públicas.
“Voy a terminar con la casta” es una de ellas y, justamente por esas seis palabras que suele expresar a voz en cuello, se lo suele categorizar como “antisistema”. Curioso por cierto ya que, para constituirse y construirse como candidato presidencial, mansamente se adhirió al sistema. Formó un partido político -La Libertad Avanza-, cumplió con los requisitos de la ley electoral y así llegó al Parlamento Nacional donde ejerce su trabajo público.
¿Cómo lo percibe el ciudadano común?
Como ciudadano lo percibo como un ejemplo práctico -al alcance de la mano- entre doxa y episteme, con la ayuda de Platón; lo que implica confrontar un “conocimiento justificado como verdad” (episteme) con una creencia común o una opinión (doxa).
¿Cuáles son las propuestas del candidato?
Javier Milei propone eliminar el Banco Central. Pero a ello agrega una inmediata dolarización, lo que supone que la moneda norteamericana tuviera curso legal. Argentina 1991-2002. En ese contexto, el sector privado debería tener dólares suficientes para pagar bienes que adquieran en el exterior y el Estado, por su parte, tendría que disponer de superávit fiscal para pagar sus deudas o tomar créditos en esa moneda para cancelar sus obligaciones externas.
¿Cómo pagaría sus deudas la Argentina, entonces?
En principio, el nivel de endeudamiento externo no aparece como inmanejable dado que no supera el 30% del PBI nacional. Por tanto, es manejable.
Es decir, ¿Argentina puede pagar su deuda?
Según me explican notables economistas y como se ha comentado, honrar lo que se debe, debiera encararlo con un sólido superávit fiscal o con la búsqueda de créditos en los mercados voluntarios.
¿Creerán en la Argentina con un nuevo gobierno con bajo conocimiento nacional e internacional para prestarle livianamente y sin sobretasas?
Para dolarizar, el diputado y candidato Milei propone reemplazar todos los pesos por dólares. Pero, hay un dato clave: no hay, no existen los dólares. En ese contexto, imagina como salida una venta masiva de bonos argentinos nominados en la divisa norteamericana a valor nominal -no el que fijan los mercados y los inversores significativamente depreciados-.
¿Podrá retirar todos los pesos circulantes sin dólares? ¿Podrá vender bonos soberanos argentinos en dólares para conseguir dólares que respalden el cambio de la moneda argentina en circulación por la estadounidense?
Un grupo de economistas liberales comentó críticamente: “¿Por qué los mercados van a pagar a Javier los bonos argentinos al precio nominal? ¿Por qué creerán en él hasta ese punto?”. Interesantes las dos posturas. Tanto la de Milei como la de los descreídos economistas que, en algunos casos, sé que compartieron con él espacios académicos. ¿Será posible? Sigmund Freud claramente expresó de qué se trata el concepto “objeto del deseo”. Pareciera que la dolarización opera como tal en el señor Milei.
¿Qué impacto podría tener la dolarización en las prácticas ilegales de contrabando que se verifican desde hace décadas entre Paraguay y Argentina?
No es el momento de imaginarlo porque más que un análisis devendría en una especulación ya que lo relevante -después de una nueva y eventual dolarización en Argentina- es determinar cómo quedarían en dólares los precios relativos de los bienes que aplican en el comercio bilateral.
Argentina es un país productivo, ¿plantea reforzar el aparato primario para producir más?
El candidato Milei no exhibe creatividad mayor cuando aborda el sector agro-productivo. “La razón no grita. La razón convence”, enseña Luis Ferré. Milei, de hecho, propone, como una buena parte de las oposiciones reducir la presión impositiva. Básicamente apunta a las llamadas retenciones. Pero no resulta conveniente imaginar sólo ese espacio.
¿A qué otro espacio se refiere?
Pienso en el sector industrial, en el que si se eliminaran las restricciones de importación podría tener un impacto negativo en las empresas no competitivas internacionalmente que podrían desaparecer, especialmente en productores textiles, automotrices, maquinarias y herramientas, tecnológicas que, justamente por su propuesta de dolarización deberán comercializar -tanto en el plano interno como externo- en dólares. En la reducción impositiva, no se diferencia con su discurso del que aplican otros espacios. La dolarización es, de cara a la situación argentina, claramente un modelo de desprotección inevitable.
¿Cómo toman las personas mayores las propuestas de Milei?
Aparece como muy poco probable que personas jubiladas y pensionadas acompañen con sus votos a Javier Milei porque, claramente, propone recortes en el sistema de protección social y -si bien no lo mencionó taxativamente, no lo dijo públicamente- no se debe descartar que en su menú económico financiero plantee una reforma previsional fuerte.
¿Cuál es su estrategia para reducir la inflación?
Para una buena parte de la sociedad argentina, la inflación, el aumento de los precios, es el gran problema. Por su discurso pareciera que para Javier Milei se trata de un problema monetario. Desde esa perspectiva, imagina que la eliminación de la autoridad monetaria, del Banco Central, desaparecería con ello la financiación de gasto estatal con emisión ni tampoco quien lo financie por fuera de ese esquema. En línea con ello, si además avanza hacia la apertura comercial, el candidato de La Libertad Avanza cree que se estabilizarían los precios.
¿Será esa política suficiente para intervenir en la formación de los precios primarios para que no tenga impacto en el crecimiento del precio de los alimentos?
Es un tema complejo. Nada ha dicho hasta ahora Javier sobre cómo habrá de impactar la dolarización en la competitividad de la producción local para que se equipare con la economía americana.
¿Tendría el apoyo suficiente para lograr los cambios que propone?
Si Milei fuera elegido presidente, con los datos actuales sobre la intención de voto que revelan las encuestas, en promedio del orden del 15%, carecería de mayorías parlamentarias para conseguir los votos necesarios para, por ejemplo, la eliminación del Banco Central. Más aún, no faltarán quienes sostengan que, para alcanzar algunas de sus reformas, habría que avanzar en una reforma constitucional y, para poder hacerlo, debiera ser aprobada por no menos del 75% de los votos de la Asamblea Legislativa.