Hans Karl Janz
CEO de Alpacasa y presidente de la Cámara de Comercio e Industria Paraguayo Alemana – AHK.
Se acerca el día del padre y me puse a reflexionar en el mío y cómo sus enseñanzas trascendieron su rol de padre a un rol mucho más parecido al de un líder o un mentor. Tener un mentor es un privilegio, pero más aun que este mentor pueda a veces “tirarte a los leones” y dejar que te defiendas. No hay mejor maestro que los errores ni forma más eficaz de crecer que el hacer.
En la vida, quienes llegamos a roles de liderazgo, muchas veces miramos atrás y empezamos a ver momentos que moldearon nuestro camino. Estos momentos pueden ser etapas difíciles, que nos dejaron enseñanzas, pueden ser etapas de reflexión o por qué no, aprendizajes de otros. A mi me pasó que en mis 20 era puro energía; en mis 30, pensaba que podía liderar, que sabía todo y ¡que podía hacer todo! Sin embargo, en mis 40, con ya menos energía y con mucha más experiencia, pude poner foco en lo importante para priorizar.
Sin embargo, esto no lo descubrí solo, tuve el privilegio de tener a alguien que me abrió los ojos y me animó a dar pasos que quizás, sin ese impulso, no los hubiese dado: mi papá y el fundador de Alpacasa. David Janz Reimer fue mi mentor, él se tomó el tiempo de mostrarme varios caminos, así como las diferentes maneras de transitarlos, pero sobre todo y muy adrede, me dejó cometer errores. Hoy ya no teniéndolo presente, miro atrás y digo, ¡claro! El ya sabía la respuesta, ¡pero me dejó descubrirlo por mis propios medios! Y ahora puedo afirmar que no hay mejor maestro que los tropiezos. Por eso hoy ya no me enojo tanto con los errores cometidos en el hacer, porque, ¿Cómo lo que van a aprender si no es cometiéndolos?
Mentor es alguien a quien le das la autoridad de opinar sobre tu vida laboral y privada porque confías que su mirada de vida y consejo o amonestación van a edificarte. Todos necesitamos tener un mentor y también deberíamos serlo para otros.
En el día del padre, que ya se aproxima, quiero honrar a quien me dejó esta enseñanza de vida tan importante y quiero invitarte a que aceptes y celebres tus errores y el de tu cónyuge, hijos, padres, compañeros y amigos. La vida no se trata de no cometer errores sino de levantarnos y aprender de ellos manteniendo la sonrisa. Equivocarse haciendo es aprender.
¡Te extraño y te amo papá!
¡Gracias!