Los principales bancos centrales de América Latina reforzaron sus advertencias de inflación en un evento de alto perfil en Sao Paulo, manteniéndose firmes contra la creciente presión por recortes en las tasas de interés.
Los líderes políticos, inversionistas y las empresas de toda la región que llevaron al mundo a una agresiva campaña de ajuste monetario después de la pandemia de covid-19 ahora anticipan, y en algunos casos exigen, reducciones inminentes de las tasas a medida que la inflación se desacelera desde los máximos de varios años.
“Los banqueros centrales son más cautelosos después de un período tan largo de inflación por encima del objetivo”, indicó Cassiana Fernández, economista para América Latina de JPMorgan & Chase, antes de la reunión.
Sin embargo, el gerente del Banco de la República (Colombia), Leonardo Villar, dijo que todavía no puede descartar una extensión del ciclo de ajuste más agresivo de la historia del país, mientras que su homóloga chilena, Rosanna Costa, señaló que las tasas de inflación subyacente son altas. En tanto, Julio Velarde de Perú advirtió que la presión política para recortes de tasas se mantendrá, pero que los políticos no deben ceder.
Para legisladores como el jefe del banco central de Brasil, Roberto Campos Neto, la reunión de Sao Paulo fue una oportunidad para unirse y demostrar a los políticos impacientes que su cautela está justificada.
Campos Neto, quien fue el anfitrión del evento, ha enfrentado críticas implacables del presidente Luiz Inacio Lula da Silva y del ministro de Finanzas, Fernando Haddad, por la decisión de mantener la tasa de referencia de Brasil en un máximo de seis años de 13,75%, incluso cuando la inflación anual ha caído más de 8 puntos porcentuales desde hace un año.
“Necesitamos entender que discutir la política monetaria no es una afrenta al banco central”, dijo Haddad en la apertura del evento. Más tarde dijo a los periodistas: “Entendemos que se está abriendo una ventana para un ciclo o recortes de tasas”.
Escenarios similares
La tasa de inflación anual de Chile es de un solo dígito por primera vez en 13 meses. Incluso Colombia, un rezagado regional que vio cómo los precios se aceleraban a su ritmo más rápido desde 1999, finalmente alcanzó su “punto de inflexión”, expresó Villar a Bloomberg News antes del evento.
Los operadores en Chile, Brasil y Colombia ahora valoran las probabilidades de recortes de tasas a partir de la segunda mitad de 2023. Los inversionistas en México, donde los responsables políticos detuvieron esta semana las alzas, esperan que la relajación comience antes de fin de año.
Pero perseguidos por nuevos recuerdos de fallas en los pronósticos durante la pandemia, los banqueros centrales de las Américas han señalado signos preocupantes en los indicadores de precios subyacentes.
La inflación general puede estar cayendo en respuesta a los precios más bajos de las materias primas, la caída de los costos de los alimentos y la apreciación de la moneda regional. Pero el panorama no es tan halagüeño como parece cuando se excluyen elementos volátiles como los alimentos y la energía, y es poco probable que la inflación alcance los objetivos de los bancos centrales en toda la región hasta finales de 2024.
Mientras tanto, los mercados laborales resisten las condiciones monetarias restrictivas y el crecimiento tibio, con tasas de desempleo en niveles previos a la pandemia. Los servicios más fuertes y las medidas de la actividad general también han desconcertado a los analistas que apuestan por resultados económicos más lentos.