Hace unas semanas estuvimos presentes con Alpacasa en dos ferias mundialmente importantes: Biofach y Expo West; ambas destacando productos orgánicos, naturales y sustentables de todo el mundo.
Según el Nutrition Business Journal de New Hope Network, se estima que la industria natural y orgánica superará los 300 mil millones de dolares en ventas para 2023 y los 400 mil millones de dolares para 2030, impulsado por consumidores conscientes que dan prioridad a garantizar su salud y bienestar mientras buscan cada vez más la responsabilidad social y sostenibilidad.
Sin dudas, es un negocio que está creciendo y nuestro país tiene un gran potencial de aprovechar esta tendencia. Entonces ¿cómo pueden más empresas incorporar prácticas sustentables y convertirlas en un buen negocio?
Sustentabilidad es uno de esos términos de moda y sobre el cual se escucha mucho pero se entiende poco. En Paraguay, el término es frecuentemente vinculado a filantropía y RSE, y si bien existe un componente de desarrollo social y ambiental fundamental, la sustentabilidad es mucho más que eso.
Esta forma de hacer negocios supone un cambio de mentalidad donde la calidad y los procesos se vuelven centrales y donde el valor de los productos se incrementa. Incorporando prácticas de sustentabilidad, aquellos productos que antes eran solo commodities, pasan a cobrar un valor adicional por la forma en que se gestionan.
Este “valor agregado” es sumamente importante en mercados más desarrollados e incluso, está pasando de ser un valor deseable a un requerimiento. Es por ello, que en poco tiempo, quienes quieran competir en estos mercados deberán incorporar estas prácticas. Entonces, ¿cómo migramos a prácticas más sustentables en la producción? Les dejo algunos consejos de Jimmy Sanchez y Linda Jeschke, colaboradores de la AHK.
Gestionar los recursos: Un primer paso, sencillo y fácil de aplicar es ir gestionando de manera inteligente los recursos, el agua, la energía, y las materias primas. Existen industrias que reincorporan el agua utilizada o los desechos de la materia prima en algunos puntos de su cadena de valor.
Tecnologías más limpias: un segundo paso que ya requiere mayor inversión y compromiso sería la utilización de tecnologías que produzcan menos desechos y emisiones. Alemania es un país líder a nivel mundial en este tipo de maquinarias y desde la AHK podemos conectar a las empresas con fabricantes de clase mundial.
Trabajar con empresas sustentables: Enfocarse en adquirir materias primas de proveedores que tengan una huella de carbono baja, que también estén abocados a una economía más sustentable, también es fundamental. Si nos apoyamos entre todos, el mercado se irá tornando más sustentable.
Pensar de forma circular: Por último, pero no menos importante es hacer hincapié en una economía circular, diseñar el producto para que pueda ser reincorporado de alguna u otra forma en la economía. Como ejemplo se tienen los envases reciclables y la recuperabilidad de partes. La importancia es poder dar a los productos varios ciclos de uso.
La sustentabilidad es un buen negocio para las empresas, los países y el mundo. Si no manejamos hoy de manera responsable nuestros recursos limitados, en el futuro, el comercio, la industria e incluso la vida tendrán dificultades para evolucionar positivamente.