¿Si de ponernos metas se trata el éxito en la vida, por qué no todos somos exitosos en todo lo que nos propusimos? Todos tenemos y hemos tenido varias “metas” en la vida. “Quiero crecer a doble dígito en mi negocio”. “Quiero aprender inglés”. “Quiero bajar de peso”.
Querer expresa deseo y una meta nos indica a dónde apuntar. Un ejemplo típico de meta: “bajar de peso”. Sé que tengo que ejercitarme más o comer menos; el balance calórico de lo que consumo vs lo que quemo debe ser negativo, más allá de las variables genéticas que puedan haber, esta meta es así de simple. Quiero bajar de peso (meta), debo lograr un déficit calórico. ¿Sí? Ok. ¿Entonces, dónde fallamos? Ya tenemos una meta, ¿no? Fallamos y restamos poder a “la suerte” cuando tenemos un sistema. ¿Qué es un sistema? Son elementos, acciones, pasos, etc., organizados en conjunto para lograr un objetivo común: “la meta”.
Es ahí donde se diferencian los que lo logran o no lo logran. Pasemos esto al negocio de las ventas, ya que todos, absolutamente todos nosotros estamos en la vida vendiendo algo. Miramos nuestros deseos y ponemos la meta por escrito en ese material que aguanta todo y parecería ser más fuerte que el titanio: el papel. Soñamos. Lo plasmamos, lo miramos a grandes rasgos, se ve lograble. Somos profesionales y ya lo hemos hecho. A veces con éxito y otras no. ¡Así que adelante y salimos a vender! Todo eso plasmado es un deseo.
Las metas son deseos si no tenemos ese sistema. Más allá de que a veces los deseos se cumplen, si no accionamos con sistemas que permitan medir para guiar, corregir, lograr lo que nos propusimos, difícil que logremos y más difícil que repitamos si el éxito se da. Es la receta y sus pasos para sacar la misma torta siempre del horno. “No nos elevamos al nivel de nuestros objetivos, si no que caemos al nivel de nuestros sistemas”, dice James Clear en palabras más palabras menos en su libro “Hábitos Atómicos”. Un ejemplo de esto también es el artículo anterior que escribí “10 puntos para conquistar la mañana y el nuevo año”. Si simplemente les decía “Para conquistar el año deben hacer de su mañana productiva”, les estaba dando un “tip” o un consejo, pero no realmente cómo lograrlo. Por eso ahí les compartí mi metodología personal, mi sistema.
¿Entonces, sobre qué sistemas debemos trabajar y cómo trabajarlos? Hay varios sistemas y dependen también de la meta y el plazo para entender el nivel de detalle que requieren. Dos de los más conocidos y que más me gustan son: OKRs: Objectives Key Results. Objetivos y Resultados claves para conseguir estos objetivos. Bien implementados, en un sistema de cascada ayuda a que los objetivos de las organizaciones estén alineados en todas las áreas de una gran empresa, inclusive. Smart y su derivación Smarter: Specific Measurable Achievable Relevant Time Bound, donde se suman Evaluate y Readjust.
En español serían específicos, medibles, alcanzables, relevantes y tiempo, sumándose evaluar y reajustar. Sea cual fuese el sistema que decidamos implementar, todas tienen responsabilidades y responsables (personas) bien definidos, tiempos en los que se deben cumplir los mismos y los indicadores que nos permiten saber si estamos yendo en el camino correcto y si no fuese así, corregirlos. Por más que hoy en día escuchamos más de ellos, estos sistemas no son nuevos, las OKRs siendo inventadas por Andy Grove de Intel en 1968, basándose en un concepto de Peter Drucker que decía que las metas deben tener procesos dependientes para lograr los objetivos comunes. Al mismo tiempo, la metodología Smart ya existe desde 1981.
Conclusiones claves:
‣ Las metas son solo deseos sin un plan de acción.
‣ El puente entre el deseo y la meta es la acción planeada y dirigida.
‣ Un sistema nos permite entender qué seguir haciendo, qué corregir y qué dejar de hacer.
‣ Libro recomendado: Measure What Matters (Mide lo que importa) de John Doerr. Lo leí en el 2017 y me ayudó a entender esto y más.
‣ Una frase que habla finalmente de una meta como lo es el bienestar: “El bienestar se logra poco a poco, pero en sí, no es poca cosa”.–Zeno de Citio