El Vaticano ha firmado un acuerdo histórico para devolver tres fragmentos de esculturas que formaron parte de la colección permanente de los Museos Vaticanos durante los últimos 200 años. Funcionarios de la Santa Sede han indicado que los fragmentos serán repatriados a Atenas a finales de este mes.
Los fragmentos de 2.500 años de antigüedad que se han acordado devolver son un caballo, un hombre barbudo y un niño. En una ceremonia especial en el Vaticano, las autoridades firmaron la “donación” de los fragmentos en presencia de personalidades como Barbara Jatta, directora de los Museos Vaticanos.
El Vaticano ya había anunciado su intención de devolver las esculturas en diciembre, poco después de que el papa Francisco se reuniera en 2021 con Ieronymos II, arzobispo de Atenas y Grecia, y cabeza de la Iglesia ortodoxa griega.
El traslado definitivo de los fragmentos a Atenas está previsto para el 24 de marzo, y las autoridades han anunciado una ceremonia especial para recibirlos. El gesto del Vaticano sentará un precedente para la posible devolución de los mármoles del Partenón que se exhiben en museos como el Museo Británico de Londres, el Louvre de París y el Kunsthistorisches Museum de Viena.
La decisión del Vaticano de devolver los fragmentos de esculturas griegas podría sentar un precedente para la repatriación de otros objetos culturales que fueron retirados de sus países de origen durante la época colonial o en circunstancias de conflicto.
Ha habido llamados para la devolución de artefactos como el busto de Nefertiti, que se encuentra en el Neues Museum de Berlín, y los bronces de Benín, que se exhiben en el Museo Británico y en otros museos de todo el mundo. Sin embargo, la repatriación de artefactos plantea complejas cuestiones éticas, legales e históricas, y hay argumentos en ambos lados del debate.