El vino es una bebida ancestral e icónica por sus viñedos, tipos, sabores y aromas, una cultura que está presente en diferentes sociedades, pero que en Paraguay recién ahora está tomando mayor relevancia y viene adaptándose a la idiosincrasia local de forma avasallante.
Sandra Verza, es una sommelier local que aparte de brindar cursos al respecto, se dedica a realizar enoturismo, entre sus varias facetas. Este es un tipo de turismo enfocado en las zonas de producción vinícolas. Está también muy presente en lo que respecta al turismo gastronómico o al turismo cultural dependiendo del carácter histórico o artístico de la industria vinícola como patrimonio industrial.
Sandra Verza, sommelier.
“Hace 6 años aproximadamente empecé a ser instructora de Etiqueta y Protocolo, manejaba a la perfección los tipos de copas para cada vino pero no manejaba mucho sobre vinos, es ahí cuando me interesó en hacer un pequeño curso sobre vinos de modo de complementar mi carrera. Buscando mucho encontré a un Sommelier cubano que estaba haciendo un curso de introducción y evolución del vino y es ahí donde quede totalmente enamorada, inmediatamente empecé a buscar las mejores opciones y es ahí donde decidí ir a la Escuela Argentina de Vinos en donde empecé con cursos intensivos y finalmente me recibí de Sommelier en el 2020, en plena pandemia”, rememoró entre risas.
Verza explicó que al vino hoy día se lo considera como parte de la cultura general, tanto que ya no pasa por si te gusta o no la bebida, sino que simplemente en una cena de etiqueta te van a servir vino, así como también en eventos importantes y siempre es propicio saber al respecto.
“Siempre aliento a las personas a hacer al menos un curso básico porque Paraguay está creciendo mucho en este sector y cuando una persona maneja algo de vinos automáticamente el nivel de interés de los demás crece hacia vos. El vino abre puertas hoy día y es además delicioso y entretenido”, acotó.
Un curso para ser sommelier evidentemente tiene un costo que varía mucho dependiendo del país en donde se decida formar. La experta brinda clases de teoría y práctica a G. 1.500.000, con clases una vez por semana y una duración de 2 meses.
“Fui la primera Sommelier mujer joven al inicio de mi carrera. Por fortuna no tuve inconvenientes en ese ámbito, mi figura fue muy novedosa ya que no había muchas mujeres en este rubro y de a poco esta profesión que no era muy conocida fue tomando más fuerza y hoy día tengo a muchas mujeres y hombres como alumnos”, afirmó.
La profesional acotó que ser sommelier es una profesión de la cual se puede vivir hoy día en Paraguay y que de hecho, pese a sus varias vertientes de negocios, esta es su mayor fuente de ingreso.
“Considero que tengo una gran masa de personas que siguen mi carrera y me acompañan en todo, mis alumnos y algunos amigos de carreras cercanas como profesionales gastronómicos e instructores de protocolo y ceremonia”, resaltó.
Sobre los viajes añadió que como parte de su carrera siempre buscó conocer la mayor cantidad de bodegas y viñedos posibles, hasta que notó que había mucha gente que también tenía la misma intención y así se fue moldeando como wine traveler.
“Empecé a realizar viajes a viñedos en mi Harley Davidson, mostrando en vivo en las redes sociales toda la experiencia. Eso fue despertando interés de parte de mucha gente que empezaron a decirme que organice viajes a viñedos y les lleve conmigo”, refirió.
Fue así que empezó oficialmente con los viajes organizados con Wine Experience de la mano de una agencia de viajes que proviene de Argentina.
“Esta es una cultura que te enamora, incluso se puede notar que por momentos todas las viajeras estábamos vestidas prácticamente iguales y algunos tenemos hasta el mismo tatuaje de una copita de vino con un avión que significa que cuando el vino te gusta es un boleto solo de ida, te subís al avión y ya no volves, porque queres saber cada vez más y más”, concluyó la apasionada.