Comenzó el verano, temporada de tragos refrescantes y mucha diversión, solo falta que alistes tu protector solar, sombrero, las valijas y que elijas el destino que más te llame la atención, para conocer y difrutar. Por ello aquí te contamos más sobre seis piscinas naturales, formadas entre corales, agua cristalina y temperatura perfecta para zambullirse y vivir la magia de la fauna y vegetación en Brasil.
Este vecino país es muy rico en biodiversidad, cuenta con prodigiosos ambientes, majestuosas vistas y asombrosos espacios de recreación. Las piscinas naturales son un atractivo muy elegido por los turistas, estas son cavidades formadas por distintos factores geológicos, sin que la mano humana haya intervenido y eso las vuelve muy especiales.
Los paseos a piscinas naturales dependen de las mareas y ciclos lunares, cuando las mareas están a ciertos niveles, no son aptas para visitar, por lo que conviene informarse antes de viajar.
Porto de Galinhas (Pernambuco): Ubicada a 60 km de Recife, capital pernambucana, Porto de Galinhas se ha convertido en uno de los destinos brasileños más famosos por sus piscinas naturales.
Cuando la marea baja, las balsas tradicionales llamadas jangadas (chatas por debajo y con motor superficial para no dañar los corales), se desplazan hacia las formaciones más alejadas del arenal de la playa. El snorkel y tomar fotografías bajo el agua es una de las actividades favoritas de quienes visitan este paraje.
Playa dos Carneiros, Tamandaré (Pernambuco): A casi 60 kilómetros de Porto de Galinhas se encuentra el municipio de Tamandaré, que alberga uno de los parajes más fotogénicos del mundo. Se trata de Praia dos Carneiros, un destino que brinda la posibilidad de pasear por sus bancos de arena y acceder, en catamarán, a sus piscinas naturales.
Las visitas, en promedio, duran entre una hora y media y tres horas, tocando distintos puntos que le permiten al turista sumergirse con snorkel, fotografiar los corales y recrearse en sus aguas cálidas. Aunque está bastante preservada, es posible pernoctar en algunas posadas y hoteles cercanos de primera categoría.
Maragogi (Alagoas): Es la playa más conocida y visitada de la célebre Costa de los Corales (que se extiende por Pernambuco y Alagoas, y recibe el apodo de “el Caribe brasileño”. Las piscinas naturales, formadas gracias a los arrecifes coralinos, son el principal atractivo de Maragogi, con diversos puntos
para tomar embarcaciones autorizadas para paseos a las piscinas, desde la playa donde están los embarcaderos. Una de las paradas imperdibles es el Camino de Moisés, llamado así por la posibilidad de “caminar” literalmente sobre el mar que se divide visualmente en dos durante la marea baja.
Aguas transparentes y cálidas bajo el sol potente, arena fina y clara, viento suave y agradable, son la característica de la región todo el año, salvo durante algunas lluvias invernales en julio, aunque sin huracanes ni sargazo.
Praia do Forte – Mata de São João (Bahía): A poco más de 80 Km de Salvador, la capital bahiana, se encuentra este lugar con abundante vida marina, observable gracias a la cantidad generosa de piscinas naturales que alberga y reconocido por los adeptos al snorkel como uno de los destinos más ricos en especies preservadas.
Su ribera está ornada con filas de cocoteros que se pierden de vista, por lo que es conocida como Costa dos Coqueiros, que toma su nombre del antiguo Castelo García D’Avila, cuyas ruinas datan del siglo XVII. Uno de sus rasgos resaltantes es que, con excepción de los meses lluviosos (de mayo a julio), permanece soleada, lo que permite no sólo disfrutar de sus playas sino hacer caminatas que conducen hacia hermosas cascadas.
Playa de Maracajaú, Maxaranguape (Rio Grande do Norte): Una vez en Natal, es muy recomendable contratar el tour a los Parrachos de Maracajaú, un área de protección ambiental ubicada en la aldea de Maxaranguape.
El lugar cuenta con aguas prístinas, ideales para observar la vida marina, corales y pequeños peces. Las condiciones del flujo marino varían de un día a otro, razón por la que en la marea baja (durante la luna llena y luna nueva), las piscinas naturales son menos profundas. Sus siete kilómetros de línea costera permiten no sólo disfrutar del buceo superficial o profundo, sino de playas aptas para familias con niños.
Flecheiras (Ceará): Si bien Amontada y Jericoacoara son las playas cearenses más populares, a 130 Km de Fortaleza, la capital cearense, se encuentra un paraíso para windsurfistas y amantes del buceo.
Las condiciones del viento son ideales para deportes de vela, y la zona cuentan con dos escuelas de windsurf. Por otra parte, en épocas de más pluviosidad se forman lagunas al pie de las dunas de Quebra Branco, desde cuya cima es posible impulsarse cuesta abajo en tablas de sandboard.
La calidad de las aguas de Flecheiras se explica por la preservación de la villa, que parece detenida en el tiempo, y la vida tranquila de sus pescadores. Aunque cuenta con infraestructura básica, adecuada a las necesidades de cualquier turista, visitarla es sinónimo de descanso y relajación.
Consejos útiles
La mayoría de las piscinas naturales se sitúan en áreas protegidas o preservadas, por lo que se imponen algunas reglas como límites a la cantidad de turistas por días, la prohibición de alimentar a los peces, pisar los corales o retirar piezas de la naturaleza. es aconsejable respetar las reglas de conservación locales. Zapatos especiales pueden ser necesarios en algunos recorridos.
También hay que tener en cuenta el factor climático y las mareas para disfrutar de una mejor experiencia. Por ese motivo, es buena idea hacer uso de apps de clima, de marea y de lunación para seleccionar el mejor momento. Por último, cada tour contratado suele contar con equipamiento para hacer buceo o practicar snorkel.