El índice mundial de precios de la agencia de las Naciones Unidas para la alimentación cayó por sexto mes consecutivo en septiembre, retrocediendo desde los máximos históricos registrados a principios de año tras la invasión de Rusia a Ucrania.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) dijo que su índice de precios, que hace un seguimiento de los productos alimentarios máscomercializados a nivel mundial, tuvo un promedio de 136,3 puntos el mes pasado, frente a los 137,9 revisados de agosto. La cifra de agosto se situaba anteriormente en 138,0.
El índice ha descendido desde un récord de 159,7 en marzo. Sin embargo, la lectura de septiembre fue 5,5% superior a la de un año antes.
La última caída se debió a un descenso intermensual de 6,6% en los precios del aceite vegetal, al que contribuyeron el aumento de la oferta y la bajada de los precios del crudo.
Los precios del azúcar, los productos lácteos y la carne bajaron menos de un punto porcentual, aliviando las presiones inflacionistas.
Por el contrario, el índice de precios de los cereales de la FAO subió 1,5% intermensual en septiembre, con los precios del trigo subiendo 2,2% debido a la preocupación por las condiciones de la cosecha seca en Argentina y Estados Unidos, las fuertes exportaciones de la UE y la mayor incertidumbre sobre el acceso a los puertos ucranianos del mar Negro después de noviembre.
Los precios del arroz subían 2,2%, en parte debido a la preocupación por el impacto de las recientes y graves inundaciones en Pakistán.
En otras estimaciones sobre la oferta y la demanda de cereales, la FAO redujo su previsión de producción mundial de cereales en 2022 a 2.768 millones de toneladas, frente a los 2.774 millones anteriores. Esto supone 1,7% menos que la producción estimada para 2021.
“Una previsión más baja de la producción mundial de cereales secundarios constituye la mayor parte del recorte general de este mes, ya que la climatología adversa siguió frenando las perspectivas de rendimiento en los principales países productores”, dijo la FAO.
Se espera que el uso mundial de cereales en 2022/23 supere a la producción, con 2.784 millones de toneladas, lo que llevará a un descenso previsto de 1,6% en las existencias mundiales en comparación con 2021/22, hasta los 848 millones de toneladas.
Esto representaría una relación entre las existencias y el uso de 29,7%, por debajo de 31,0% en 2021/22, pero todavía relativamente alta históricamente, según la FAO.