El foco de la asesora de imagen y personal shopper, Giselle Leiton, está puesto en las mujeres que buscan marcar la diferencia, teniendo en cuenta la esencia y el estilo de cada una de ellas, resaltando su figura y el mensaje que desea proyectar, de acuerdo al rol que desempeña o al escenario en el que se desenvuelve.
El auge de los asesores de imagen se está afianzando a nivel mundial. Es más, lo que antes era considerado un servicio alcanzable solo para un sector de gran poder adquisitivo, o bien, para famosos de la alfombra roja, se ha convertido en una opción para un público que desea redescubrir su individualidad, reflejando al exterior su mejor versión, sin temor a proyectar una imagen errónea de sí mismo.
FOCO conversó con la asesora de imagen femenina y personal shopper, Giselle Leiton, quien hizo un espacio en su agenda para hablar sobre las nuevas tendencias, las dificultades que enfrentan las mujeres al momento de elegir una prenda apropiada, así como la importancia de conocer los códigos de vestimenta para cada ocasión y lugar.
Al respecto, la profesional contó que su pasión por la moda y el buen vestir la acompañan desde que era una niña. “Siempre jugaba con mis amiguitas a que teníamos un negocio de prendas femeninas. Vestíamos a las muñecas y, desde ese entonces, ya me encantaba hacer combinaciones”, relató entre risas la joven empresaria y especialista en imagen. Agregó que a sus 14 años comenzó a interesarse más por el mundo de la moda, a tal punto que decidió aprender sobre el rubro de forma autodidacta y siguiendo a referentes de fama mundial.
Ya cuando concluyó la etapa escolar, volcó todos sus esfuerzos a hacer realidad el sueño de su niñez. De allí que cursó la carrera de Administración de Empresas, con miras a forjar las bases de su propio emprendimiento. “Tenía claro que algún día lucharía por abrir mi empresa y administrarla”, refirió. Sin embargo, los compromisos asumidos, la obligaron a postergar sus aspiraciones, y a emplearse en diferentes compañías en las que fue acumulando experiencia, hasta que se casó y tuvo una hermosa hija que, años después, le recordó su gran anhelo.
“Cuando mi hijita tenía 2 años se enfermó. Me sentía culpable y me dolía en el alma no haber estado con ella por tener que trabajar. Pensaba que si lo hacía de forma independiente, iba a poder estar más tiempo a su lado. Gracias a Dios, ella se sanó y continué trabajando, pero luego de unos años recayó y fue en ese momento que, luego de conversar con mi esposo, decidí dedicarme exclusivamente a ella. Rechacé varias propuestas laborales por priorizar a mi familia, pero en el fondo también deseaba sentirme útil y retomar lo que había dejado”, relató. Ya en el 2020, con la pandemia, Giselle se dio cuenta que las tiendas online estaban en auge, y que las personas se estaban acostumbrando a comprar por internet; entonces entendió que esta era la oportunidad perfecta para lanzarse a abrir un negocio propio.
Así nació Giselle Boutique. En el salón comercial de su casa, con algunas prendas y varias amigas ansiosas por adquirir sus productos. Precisamente, este fue el empujón que ella necesitaba para dar el siguiente paso, de estudiar asesoría de imagen, con la finalidad de ayudar a sus amigas y clientes con tips y consejos de belleza.
Hoy, a sus 33 años, convertida en una profesional talentosa, madre y esposa, combina a la perfección sus roles con la pasión que le generan las nuevas tendencias y la asesoría a mujeres que buscan marcar la diferencia.
Fruto de ese esfuerzo y del trabajo realizado en los dos últimos años, Giselle fue recientemente incluida en la Asociación Internacional de Consultores de Imagen Global (AICI), capítulo Guadalajara, México, convirtiéndose en una de las tres paraguayas que ha descubierto en la asesoría de imagen un nicho para sacar a la luz el máximo potencial de las personas y encaminarlas hacia el éxito, brindándoles recomendaciones que contribuyen no solo mejorar la apariencia física, sino también a construir una excelente imagen corporativa, comportamiento, etiqueta y protocolo internacional.
Con el camino andado, Giselle se siente orgullosa y agradecida de haber dado ese importante paso, primero, en la Escuela de Imagen de la reconocida consultora coach de Imagen Personal y Empresarial, Sonia McRorey, a quien considera su mentora y fuente de inspiración, y segundo, de haber trascendido fronteras de la mano de la AICI, a través de la cual perfeccionará sus técnicas y se mantendrá siempre a la vanguardia.
Y es que como buena asesora, ella sabe que se debe a sus clientes. Es por eso que en su boutique, atiende a diario y de forma personalizada a mujeres de todas las edades que, con cita previa, solicitan sus servicios. “No solo funjo de asesora de imagen, en ocasiones, hasta me convierto en psicóloga y amiga de ellas, pues he tenido la oportunidad de conocer a mujeres tanto de talles convencionales como de talles plus, que manifiestan sentirse cansadas de tener que seguir los dictámenes de una sociedad un tanto elitista y otras que se sienten desilusionadas, por la falta de opciones de vestimentas que las hagan sentirse cómodas, pero también elegantes”, expresó.
Trabajo profesional y de alta calidad. En Giselle Boutique, la asesora escucha las necesidades de sus clientes, realiza una entrevista profunda con una serie de preguntas sobre el trabajo, rutina diaria, objetivos profesionales y personales, con el fin de conectarse con la voz interna de ellas, esa voz que quiere expresarse de una manera relevante, inspiradora y personal. Así logra ayudarlas a proyectar una imagen de cómo quisieran ser percibidas por familiares, amigos y colegas de trabajo.
En su libreta, apunta minuciosamente los rasgos de la silueta, los problemas de autopercepción que cada una manifiesta y los va resolviendo siguiendo varios parámetros, eso sí, respetando siempre la esencia y el estilo de las mismas, así como su morfología física y buscando impactar con una armonía natural.
“Es impresionante como los tonos de una prenda pueden incidir en la percepción que tengamos de una persona”, aseguró. Y en este sentido, dijo que no existe un “color malo”, sino que un color puede transmitir muchos mensajes, por ejemplo, si se utiliza el color rojo, puede indicar urgencia, cuando que en que realidad, la persona pudo haber seleccionado un tono blanco para transmitir paz o serenidad. Atendiendo, a esta necesidad que existe en el mercado, Giselle adelantó que, en octubre estará participando de un congreso latinoamericano en el que tendrá la oportunidad de compartir con referentes del rubro todos los aspectos relacionados a esta visión y lo que se viene para las próximas temporadas.
Una dificultad recurrente que presentan las mujeres, según Giselle, es que pocas son las que conocen los aspectos positivos de su cuerpo. “Generalmente, tienen muchos complejos. No inician ese proceso de transformación interna tan necesario que es donde cada una debe ser capaz de aceptarse a sí misma, a amarse tal cual es, y a reconocer que la belleza física termina en algún momento. A veces, no les gusta lo que ven en el espejo y no se dan cuenta de que el problema no es su cuerpo, sino que no saben cómo vestirse”, explicó. Indicó que su trabajo consiste, justamente en eso, en ayudarles a hacer las paces con aquellas partes de su cuerpo que no les agrada tanto y a destacar otros atributos que no estaban siendo atendidos.
Dijo que ese proceso de transformación inicia en su taller y que al terminar las clientes salen felices porque ella les enseña a descubrirse como persona, a conocer su estilo y a construir una personalidad atendiendo al objetivo que tienen.
Coincidió en que, actualmente, es muy importante cuidar la imagen personal. Es por esta razón que Giselle inculca a sus clientes que no se trata solo de una vestimenta apropiada, sino que implica un todo. “Desde el comportamiento que tiene la persona, cuáles son sus aspiraciones, si quiere un puesto más serio, más ejecutivo, etc, hay que vestir de acuerdo a eso. Hay que tener en cuenta también el código de vestimenta que se utiliza en el lugar en el que se va a trabajar o al evento al que se va a asistir. Eso hace que una mujer marque presencia y se distinga”, enfatizó la especialista.
En cuanto a las nuevas tendencias, la asesora de imagen y personal shopper indicó que “hoy en día la moda está más relajada”. Esto quiere decir que la paleta y la combinación de colores ha sufrido un cambio. Por lo que si antes era un must combinar los colores de la cartera y el zapato, o el maquillaje con la vestimenta, ahora eso es mucho más libre. “Uno puede combinar colores, por ejemplo, ponerse un vestido bordó y maquillarse con tonos azules o rosa, o bien, combinarlos con colores más saturados”, señaló.
La asesora de imagen Giselle Leiton, explica la importancia de los tonos al momento de elegir una prenda. Foto: Christian Meza.
Asesoría integral. Giselle comentó que luego de detectar los problemas que tiene cada una de sus clientes, ella las invita a probarse las prendas sin compromiso alguno, e incluso les arma diferentes tipos de outfits y les sugiere qué prendas utilizar para verse más favorecidas, atendiendo a los tonos que son compatibles con cada persona. Sobre este punto, enfatizó que la mala elección de una prenda, o de un color puede enviar un mensaje erróneo, e incluso, influir en la percepción que se pueda formar de una persona.
Esto, fundamentalmente, ocurre en entornos laborales. “Imaginate que vayas en busca del empleo de tus sueños, con un CV brillante, y todas las ganas de formar parte del plantel, pero que ese no sea el mensaje que perciba el reclutador debido a la mala elección que hayas realizado en cuanto a tu outfit, o que no hayas tenido en cuenta la teoría del color y que en vez de transmitir alegría, proyectes cansancio o tristeza”, llamó a la reflexión.
“Mi objetivo no es solo venderle a la cliente una prenda, si no que realmente se sienta cómoda la persona y sobre todo hermosa. A lo largo de estos años conocí a muchas mujeres que no se sienten bien con su imagen personal, independientemente del tipo de cuerpo que tengan, muchas mujeres tienen complejos y no saben como lidiar con ellos y menos aún como sacar el mejor provecho a su figura, lo cual influye en su seguridad y autoestima”, dijo y aseguró que asesorar a las personas sobre como vestirse y ayudarle a aumentar su autoestima fue su mayor motivación para ingresar al mundo de la Asesoría de Imagen y Personal Shopper.
A futuro. Giselle es tal como se muestra, cálida, creativa y perspicaz. Le apasionan los colores, la estética, las buenas combinaciones y sobre todo ayudar a las personas a congeniar su estilo con el arte del buen vestir.
Sueña con brindar asesoría a figuras emergentes de la televisión y ayudarlas a descubrir el gran potencial que tienen a través del cuidado de su imagen y marca personal. Manifestó que, como este es un rubro que está en constante cambio, apuesta por la capacitación continua, y por trabajar con proveedores que se esfuercen en lanzar opciones para mujeres de talles reales, que las hagan sentir seguras y cómodas con lo que proyectan.
Por ahora, dice que su mirada está puesta en sus congéneres, pero asegura que luego incursionará también en el mundo del buen vestir para caballeros.