Para llevar a cabo dicha propuesta primero se debe delimitar el comercio, detallando el volumen de los productos que exportan cada país.
En los últimos meses el dólar ha llegado a máximos históricos, lo cual ha generado una alta volatilidad en otras monedas internacionales, siendo las economías emergentes las más afectadas. Esta situación ha provocado que se piensen nuevos modelos como la creación de una moneda regional. Pero, ¿qué tan viable es y qué se necesitaría?
Hasta el momento, cada país ha enfrentado la devaluación de manera independiente, pero ahora, con la llegada de varios presidentes de izquierda en América Latina, nuevas alianzas se consolidan para buscar opciones que beneficien a la región. De hecho, el primer encuentro ya se dio, pues ayer el presidente Gustavo Petro y el mandatario de Chile Gabriel Boric se reunieron para hablar de varios temas como la política exterior y la economía de la región.
Ante la pregunta sobre el desarrollo de una única moneda en la región, el presidente de Chile respondió que “todas las iniciativas de integración regional que fortalezcan a la cooperación de nuestros países me parece que apuntan en una buena dirección”.
Sin embargo, resaltó que la realización de esta opción es un proceso complejo, por lo cual, los países deben avanzar primero en otros aspectos como el intercambio de recursos naturales para alcanzar la descarbonización y la integración del sistema eléctrico.
Continentes como Europa se rigen con este modelo desde 1991 cuando se firmó el Tratado de Maastricht, aunque los efectos han sido distintos en cada economía debido a la situación fiscal que tenían.
“El euro ha sido un ejemplo de que generar una moneda única tiene costos muy fuertes, especialmente si los países tienen posiciones fiscales débiles como el caso de Grecia cuando se unió al euro, o cuando Italia también lo hizo. Eso conlleva esfuerzos demasiado grandes en términos de ajuste.
De hecho, Grecia lleva 10 años haciendo su ajuste macroeconómico. Es muy costoso que países como Colombia lo hagan porque tiene una deuda superior a 60% del PIB y un déficit fiscal alto”, aseguró Andrés Langebaek, director estudios económicos Grupo Bolívar.
Según datos de Bloomberg, las monedas latinas que más han caído en lo corrido del año son el peso argentino (-23,08%), el peso chileno (5,92%) y el peso colombiano (-5,48%).
Aunque no es una opción que se descarte, ya que los países que pertenecen a la Alianza del Pacífico comparten ciertas características frente al resto de naciones de esta parte del mundo como la apertura comercial y la facilidad para ingreso de inversión extranjera, este cambio podría ayudar a fortalecer el mercado interior.
En el caso de llevar a cabo dicha idea, los expertos sugieren que primero debe haber un consenso y establecer límites.
“La unión monetaria se da cuando los países son relativamente homogéneos en términos de sus condiciones macroeconómicas y de comercio. En particular, dicho cambio se debería centrar en los productos que exportan, los volúmenes de los mismos, los costos y la proporción del PIB que representan”, agregó Langebaek.
Revaluación de monedas
No todos los países de América Latina viven la misma situación. Las monedas que lideran el crecimiento de la región son el real brasileño (9,17%) y el sol peruano (1,99%). Según expertos, su crecimiento se debe al manejo de la política monetaria controlado por la impresión de dinero.
En cuanto al panorama internacional, el rublo ruso ha registrado un significativo aumento (29,39%), sumado al peso mexicano (1,33%). Las divisas emergentes más devaluadas del mundo son la lira turca (-25,85%) y el peso argentino (-23,08), según Bloomberg.