Las acciones de las compañías del sector han caído, de media, un 35% desde principios de año, en comparación con el descenso del 13% del índice S&P 500, lo que ha supuesto unas pérdidas totales de USD 380.000 millones en capitalización bursátil.
Incluso después de recuperar algo de terreno en las últimas semanas, el precio de las acciones de los mayores grupos del sector-Disney, Netflix, Comcast, Spotify, Roku, Fox, Paramount, Warner Bros Discovery, The New York Times y News Corp- se ha reducido a la mitad desde los máximos históricos alcanzados durante la pandemia, según el análisis de Financial Times.
Ejecutivos y analistas culpan a una serie de factores del estallido de la burbuja alimentada por Netflix en las acciones del sector.
A medida que EE.UU. y otros países salen de la pandemia, la gente pasa más tiempo al aire libre y menos en casa delante de una pantalla. Al mismo tiempo, Netflix reconoció que su crecimiento de una década se ha estancado, lo que ha inquietado a los inversores.
Estos problemas han coincidido con el temor generalizado a una recesión en EE.UU., a medida que los bancos centrales suben los tipos de interés para controlar la inflación y los estadounidenses se enfrentan a una pérdida de poder adquisitivo.
La publicidad, que suele ser el primer recorte que hacen las empresas en una recesión, ya se está ralentizando, como demuestran los resultados del segundo trimestre de Snap, Meta y Google. Las empresas que más dependen del streaming y la publicidad para obtener ingresos han sido las más afectadas.
Netflix es la segunda empresa más perjudicada, después de Roku. Sus acciones han caído un 62% este año, un retroceso del 67% desde sus máximos de noviembre. Spotify, otro pionero del streaming, que obtiene la mayor parte de su dinero de las suscripciones, ha caído un 49% este año.
Después de una década de crecimiento vertiginoso de suscriptores, Netflix ha perdido clientes durante dos trimestres consecutivos, lo que ha provocado una reevaluación fundamental de la industria de la que fue pionera.
Hasta ahora, los inversores se habían entusiasmado con el crecimiento de Netflix, lo que convirtió a la empresa en uno de los valores más exitosos de la década, junto con Facebook, Amazon y Google. Trataron a Netflix como un valor tecnológico, premiando su rápido crecimiento.
Otros grupos como Disney, copiaron el modelo de Netflix con sus propios servicios de streaming. Al hacerlo, fueron recompensados con un PER similar al de Netflix y al de las empresas tecnológicas.
Los grupos del sector que siguen operando principalmente en los negocios tradicionales de la televisión y el cine son los que mejor se han comportado. Las tarifas de retransmisión -pagos que hacen las compañías de cable para transmitir los contenidos- son más estables que la publicidad porque los contratos suelen durar varios años.
Fox, que obtiene la mayor parte de su dinero de las tasas de retransmisión de sus canales de noticias y deportes por cable, ha caído sólo un 9% este año, y un 24% desde el máximo histórico del año pasado.
Disney, que obtiene miles de millones de dólares al año de los parques temáticos y de las entradas a sus películas más taquilleras, además del streaming, ha caído un 30% este año. Greenfield, de LightShed, cree que “se ha pasado de creer en el futuro del streaming a reconocer que... el futuro del streaming no es tan rentable ni tan valioso como se pensaba”.