La reciente caída en las curvas de swaps en América Latina refleja la creciente convicción de los inversionistas de que el enemigo número uno de los bancos centrales ya no es la inflación, ahora es un crecimiento cada vez más débil. Hay margen para que las tasas de swap caigan aún más.
Las curvas de las principales economías regionales descendieron considerablemente en las últimas cinco sesiones. En parte, eso se debe al movimiento observado en los rendimientos de Estados Unidos después de la moderada alza anunciada por la Fed el miércoles y los débiles datos del PIB del segundo trimestre publicados el jueves, pero la escala de estos movimientos en América Latina deja en claro que los operadores no necesariamente se apresurarían a apostar más fuerte si los bancos centrales se volvieran moderados.
La curva de swaps IBR de Colombia cayó más de 100 puntos básicos de forma generalizada. Y este es el país con la mejor perspectiva de actividad: se espera que registre un crecimiento del PIB de 6,9% este año. Los swaps DI de Brasil disminuyeron más de 60 puntos básicos en el mismo período, mientras que las curvas en México y Chile cayeron más de 50 puntos básicos cada una.
Los bancos centrales de América Latina iniciaron su ajuste de forma temprana: Brasil comenzó en marzo del 2021. Los operadores han estado aumentando las posiciones de recepción de tasas ante las apuestas de que se iniciará un ajuste temprano y que el impacto en la demanda ayudará a controlar la inflación. Se espera que los encargados de política monetaria se vuelvan más cautelosos para evitar un aterrizaje forzoso.