Su espíritu inquieto lo llevó al otro lado del mundo, donde hizo florecer en el desierto la cultura paraguaya, de la que hoy es un embajador sin credenciales. Es la historia de David Karlsberg, un compatriota que en silencio hace música y negocios.
No es fácil presentar a un compatriota como David Karlsberg, quien nació en Asunción un 13 de marzo hace 48 años, pero que desde hace casi 20 vive en Israel. Es paraguayo, pero también judío; es productor audiovisual y también camarógrafo de alto vuelo (maneja drones); es empresario y dueño de la agencia de turismo Tiul Vip, además es artista porque ejecuta el arpa, la que lo obligó a seguir las huellas del emblemático cantante Luis Alberto del Paraná, el embajador del arte, convirtiéndolo a él mismo en un embajador paraguayo sin ser diplomático de carrera.
“Cuando vivía en Paraguay hacía negocios para otros, aquí en Israel los hago para mí. Mi misión siempre fue ser un embajador de Paraguay, inclusive antes de que existiera una embajada aquí me conocían y todo el mundo pensaba que yo era el embajador de Paraguay porque siempre promocionaba el país, también turismo de israelíes para que vayan a Paraguay. Donde voy y hago shows trato de mostrar películas de Paraguay”, explicó David.
Recordó que fue Liz Cramer, cuando ella estaba en la Senatur, quien le facilitó los materiales para difundirlos, pero cuando se abrió la embajada se frenó “un poquito más la misión de embajador”, pero llevar la chipita a Israel es algo que anhela con pasión porque está seguro que a los israelíes “les va a encantar”.
Pero la historia de David se remonta a la época de la segunda Guerra Mundial, cuando sus abuelos huyeron del Holocausto nazi y se refugiaron en Colonia Independencia, donde hay una comunidad judía.
En 1990, cuando él estaba terminando la secundaria, durante un mes tuvo la oportunidad de conocer Israel, donde fue con un grupo de múscia folclórica e hicieron varias presentaciones. De ahí, quedó enamorado del país y siempre quiso regresar.
De vuelta en Paraguay, finalizó la secundaria y comenzó la carrera de Televisión y Cine. Apenas daba los primeros pasos en Tevedós cuando a los 29 años decidió que ya había hecho de todo en Paraguay y tentaría oportunidades en Israel.
La Ley del Retorno, por la que todos los judíos esparcidos en la diáspora tienen derecho de regresar a Israel, le favoreció porque automáticamente concede la ciudadanía a una persona y la trae a cuenta del Estado. Así, durante 6 meses David vivió en un lugar llamado Centro de Absorción, donde están judíos emigrantes de todo el mundo. Es una comunidad en la que se enseña el idioma y las costumbres locales.
“Ibamos todos los días como si fuera el colegio, desde las 8:00 hasta las 13:00, solamente a estudiar hebreo, la cultura, a manejarte en la sociedad y a dar los primeros pasos. Estuve 6 meses aprendiendo el idioma”, refirió. Pero por supuesto, 6 meses no son suficientes para aprender un idioma, sobre todo tras una primera mirada que se da a esas letras que parecen jeroglíficos, así que siguió estudiando más, “en la calle, donde se va aprendiendo”.
David cuenta que Israel es un país multicultural, hay gente de todo el mundo, tanto judíos como católicos y hasta musulmanes. Eso es algo que remarca y afirma que sin dar un tono político, la gente de fuera generalmente tiene una visión parcialista de lo que pasa allí dentro.
Antes que nada -dice David- la gente normalmente no sabe en nuestros países de Sudamérica que en Israel existe una comunidad aproximada de 2 millones de musulmanes, de palestinos, de árabes y que incluso están en el gobierno, son parlamentarios. Pocos saben que Israel hizo paz con muchísimos países vecinos como Egipto, Jordania, Emiratos Árabes Unidos.
Como David ejecuta el arpa, tras los primeros 6 meses de aprendizaje, empezó solo a hacer shows, pero pronto conoció algunos grupos latinoamericanos y lo llevaron con ellos. A la par trabajaba en fábricas que contratan a nuevos emigrantes y así, despues de un año, una productora de televisión lo contrató como productor e investigador. Estaba produciendo un documental sobre el antisemitismo en el mundo, entonces le tocó toda la parte de España y Sudamérica.
En el país hubo un boom de reality shows y como David todavía no hablaba bien el idioma como para dirigir optó por la parte técnica y comenzó a operar cámaras robotizadas, que vuelan por el aire y que son manejadas a través de controles.
Las personas se fijaban en David y donde iba lo reconocían por el arpa paraguaya y le preguntaban qué había pasado con Luis Alberto del Paraná y los Paraguayos. Eso a David le causó extrañeza y tras investigar descubrió que el grupo paraguayo había actuado por esa zona en los años 50 y 80.
“Permanentemente venían aquí Paraná y los Paraguayos. Encontré grabaciones en los canales en blanco y negro en la televisión, encontré videoclips que filmaba Paraná cantando en hebreo, cantaba canciones israelitas, hacían videoclips en film, en esa época no había videos. Entonces dije que tenía que hacer algo con eso”, recordó.
Por entonces aún vivía la viuda de Paraná y le preguntó qué noticias tenía de cuando el grupo estuvo por Israel. Ella le comentó que el mismo David Ben Gurion, el primer ministro de Israel, era amigo personal de Paraná. Ella también le presentó al sobrino de Luis Alberto, que tiene un grupo y que sigue la tradición de su tío por Europa, haciendo giras todo el tiempo. Contactó con él y se dio la casualidad de que tenían libre la agenda para cierta época, así que los invitó y desde hace 15 años incluyen al país en su gira.
“Hacemos gira por todo Israel haciendo música de aquel entonces. Y en los mejores teatros de 3.000 personas siempre lleno. Esa es mi actividad hoy día: representante de grupos. Así también traje otros grupos: cubanos, mexicanos haciendo música latinoamericana. Entre televisión y música, últimamente me metí en turismo, pero lastimosamente con la pandemia paró todo, aunque ahora aquí ya esta 100% todo abierto”, reflexionó.
Actualmente David vive en Tel Aviv y está casado con una colombiana. Ahora está terminando la decimotercera edición de El Gran Hermano, en Jerusalén. Los fines de semana hacen paseos por los lugares históricos, no solo de la religión católica, sino que visitan excavaciones y restos de 5.000 años atrás o de la época de Herodes, que es un poco antes de la época de Jesús.
“Herodes construyó aquí 4 castillos importantes que hasta hoy día se pueden visitar, cada uno tiene su historia”, contó y pensó desde el punto de vista audiovisual. ¿Por qué no? “Yo hice un documental de mi familia, de cómo mi abuelo salvó a toda su familia del Holocausto. Filmé en Israel y parte en Paraguay”, afirmó.