Jorge García Riart
Director académico del Centro de Políticas Públicas de la Universidad Católica
Los resultados negativos de exámenes realizados por la Entidad Binacional Itaipú en conjunto con el Programa de Becas para el Exterior (que lleva el acrónimo Becal) ha despertado la preocupación por la calidad de la Educación Media en nuestro país en medio de una pandemia.
Si bien no son pruebas nacionales para acceder a la universidad, el mecanismo utilizado por el consorcio nos ofrece indicadores muy parecidos a los problemas que realmente suceden en la formación de Nivel Medio del Paraguay.
Los postulantes reprobaron masivamente en evaluaciones de competencias básicas como comunicación y matemática aun cuando los tests fueron elaborados de acuerdo a contenidos curriculares aprobados por el Ministerio de Educación y Ciencias.
Es decir, los jóvenes, procedentes de instituciones públicas principalmente con mejores promedios, no pasaron los niveles mínimos exigidos a partir de problemas planteados en las pruebas sobre la base de contenidos supuestamente suministrados en sus colegios.
Precisamente, el año pasado fueron dados a conocer los resultados del Sistema Nacional de Evaluación del Proceso Educativo (SNEPE) aplicado a una muestra de estudiantes de secundaria de 2018. O sea, dos años después tenemos resultados que pueden describir la situación presente.
El SNEPE reveló que la mayoría de los estudiantes del 1° al 3° curso de la Educación Media estaban por debajo de mínimo esperado (650 puntos). Según señalaron, la performance bajó entre 30 y 20 puntos con relación a la última prueba de 2015.
Los datos indican además que en matemática el promedio del puntaje fue de 479 puntos, 171 puntos por debajo del mínimo deseado; 487 en comunicación castellana y 477 en comunicación guaraní son otros datos que elevan su criticidad en colegios públicos.
El nivel de aprendizaje, según SNEPE, de nuestros secundarios están entre Bajo y Medio. Esto quiere decir que los estudiantes pueden aplicar algoritmos de operaciones básicas, en ensayos de matemáticas, y hacer interpretaciones literales de textos que leen, en ensayos de comunicación, pero hasta ahí nomás.
Estos son los chicos que llegaron a los exámenes de ubicación de Becal-Itaipú en 2021; estos son los chicos que estarán tentando ingresar a una plaza en universidades públicas a través de los exámenes de ingresos o “probando” su acceso a una universidad privada.
Estos son algunos de los jóvenes que describió tan contundentemente la evaluación de SNEPE de 2018 –prepandemia–. El 71% de ellos, en realidad no va a ir a la universidad o porque abandonó el colegio o porque sencillamente no tiene las competencias que debe tener para acceder a la educación superior. Es una hipoteca muy cara para nuestro desarrollo.