“Prototipar una nueva infraestructura, interviniendo ligeramente el espacio urbano -a bajo costo- nos permitió reforzar la necesidad de involucrar de cerca a la comunidad para impulsar la acción colectiva del reciclaje”
Canastos 2.0 Separar los residuos por tipos en su punto de origen (nuestros hogares, comunidades, comercios, empresas, etc.) es una práctica clave para incrementar el volumen de reciclaje en general. En Asunción y su área metropolitana, es una práctica poco común, cuya adopción significativa forma parte del dilema de acción colectiva del reciclaje.
En este sentido, el equipo de AccLabPy PNUD considera que para facilitar esa adopción, un factor fundamental es la confianza en la comunidad y de la comunidad con los recicladores de base. Según su hipótesis, una de las claves para separar pasa porque la comunidad tenga relaciones de mayor confianza entre sus miembros y con recicladores de base. A mayor confianza, mayor será la predisposición para separar.
En respuesta a esto nace la idea de intervenir los canastos de basura de la ciudad para promover soluciones en torno a una de las problemáticas que limita la separación de residuos: la falta de acceso a infraestructura adecuada para depositar residuos reciclables, integrada a los hogares. 
De acuerdo con varios estudios, el acceso a estas instalaciones influencia la participación en prácticas de reciclaje de una comunidad (Omram et al. 2009, González-Torre & Adenso-Díaz 2005, Lange et al. 2014). Esto incluye la conveniencia para los recicladores, en términos de facilitar una logística de recolección de materiales reciclables de forma más eficiente, generando la posibilidad de establecer vínculos directos de interacción entre el hogar y el reciclador.
Los Canastos 2.0 adaptan, a bajo costo, una infraestructura preexistente típica de los hogares paraguayos, y esta adaptación personalizada replantea su propósito facilitando un espacio diferenciado de residuos reciclables y no reciclables. La intervención tiene el objetivo de pasar del Diseño Tradicional al Diseño Adaptado a través de la fabricación e instalación de rejillas personalizadas que dividan los canastos en proporciones adecuadas como para permitir que cada sección acomode al menos una bolsa de residuos de 100L.
Guía de implementación de los canastos 2.0 Otro objetivo de esta intervención es la escalabilidad. Para lograrlo, hemos creado una Guía de Implementación que puede ser aplicada en cualquier comunidad con este tipo de infraestructura, propone 6 pasos para facilitar su implementación y está publicada bajo la licencia Creative Commons a modo facilitar su reutilización y adaptación a nuevas experiencias. La guía fue desarrollada en base a la experiencia piloto, de intervención de 12 canastos preseleccionados y documentados, a través de los siguientes pasos:
“La experiencia de los canastos nos permitió observar de cerca cómo un cambio simple en el paisaje urbano genera nuevas dinámicas de participación y acción colectiva¨ compartió el equipo a través del blog del PNUD.
También compartieron los aprendizajes más interesantes:
1. La conciencia no es suficiente: en las entrevistas y visitas, quienes participaron del proceso demostraron ser muy conscientes sobre la importancia del reciclado. Sin embargo, en la práctica, esta no representa una prioridad a la hora de decidir cómo invertir el tiempo. Parte del problema parece estar relacionado con la falta de pautas estandarizadas sobre cómo realizar las prácticas de separación de residuos, haciendo que motivación para adquirir y mantener el hábito sea limitada.
2. El ejemplo motiva: a pesar de la baja prioridad para la práctica, pudimos notar como aumentó la predisposición a participar de ellas, luego de instalar los primeros 5 canastos, empezamos a tener contactos de varios vecinos pidiendo sumarse a la intervención, hasta que tuvimos que ampliar la misma a 12 canastos.
Esto refleja la importancia de la interacción comunitaria y las relaciones de confianza: cuando las personas observan una experiencia positiva en sus vecinos, con quienes ya tiene una relación de confianza, las familias están más dispuestas a participar de esa experiencia.
3. El problema es fuertemente estructural: otro aprendizaje de nuestra intervención destaca la necesidad de optimizar, sistematizar, coordinar e integrar los distintos servicios e infraestructuras de recolección y gestión de residuos, tanto formales como informales, teniendo en cuenta la voluntad de las familias para acudir a los servicios de los recicladores, e incluso en casos, pagar por esos servicios; según pudimos constatar en el monitoreo.
4. Los incentivos juegan un rol importante: también observamos que la motivación de nuestros participantes aumenta cuando las familias reciben materiales informativos gráficos u otros recursos que faciliten la separación de residuos, tales como bolsas de basura diferenciadas, algo que ya se observó en investigaciones que evaluaron como los incentivos externos (como por ejemplo premios) influyen en el comportamiento de reciclaje.
5. La separación empieza adentro: Separar residuos en origen implica repensar la gestión interna de los residuos, en cada hogar, de manera a que los reciclables se puedan acumular hasta cierto punto. Contar con guías, herramientas, espacios, y prácticas adecuadas a la experiencia de cada hogar es un factor clave de este dilema de acción colectiva.
6. Hay conciencia, pero no tanto conocimiento: finalmente, observamos también que el conocimiento sobre la utilidad de cada material a ser reciclado, sobre qué se puede reciclar en nuestro país y qué no, o sobre cuáles son y cómo utilizar las infraestructuras o servicios nuevos (como estos canastos), es muy limitado. Parte de la intervención tiene que introducir maneras de transmitir los conocimientos claves sobre cómo separar, quiénes reciclan, qué se recicla, dónde; entre otras cosas.
En conclusión, prototipar una nueva infraestructura, interviniendo ligeramente el espacio urbano, a bajo costo, nos permitió reforzar la necesidad de involucrar de cerca a la comunidad para impulsar la acción colectiva del reciclaje. Además de ser fácilmente replicables, los Canastos 2.0 pueden ser una forma de potenciar el empoderamiento comunitario, a través de dinámicas de mapeo participativo y participación ciudadana.