Carlos A. Primo Braga
Profesor Asociado de FDC e ex-Director de Política Económica y Deuda de Banco Mundial
La economía mundial está recuperándose lentamente de la crisis económica resultante de la pandemia de Covid-19. Entretanto es interesante observar que las experiencias de recuperación varían significativamente. Mientras algunos países del Mercosur y la India se enfrentan a nuevas oleadas de infección, otros como Israel, EUA y el Reino Unido ven que la pandemia disminuye con campañas de vacunación exitosas a pesar de que las nuevas variantes del virus están creando nuevos desafíos.
La pandemia en 2020 abortó el proceso de convergencia económica mundial observado después de la crisis financiera mundial del 2018. La mayoría de los países en desarrollo habían experimentado un crecimiento del ingreso per cápita superior al rendimiento de los países desarrollados. En el período 2020-2022, sin embargo, esta trayectoria se verá interrumpida según el FMI. La divergencia en términos de crecimiento queda bien reflejada en la experiencia de las dos economías más grandes del mundo. Se espera que en 2021 EUA crezca más del 6% y China más del 8%.
Una preocupación creciente en este contexto se refiere a la posibilidad de que vuelvan a aumentar las tasas de inflación a nivel mundial. En el caso de EUA la tendencia es que la inflación suba dado el mantenimiento de una política expansionista por parte del Banco Central de EUA (FED) y los ambiciosos programas fiscales de la administración Biden. La retórica de la Fed, sin embargo, enfatiza que tales presiones serán temporales y el peligro de una aceleración inflacionaria sostenida es pequeña.
Sin embargo, la realidad es que están empezando a proliferar las señales de una aceleración inflacionaria tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo. En parte, estas presiones inflacionarias reflejan cuellos de botella en la producción, reflejando interrupciones en las cadenas productivas generadas por la pandemia. La expectativa es que la normalización de las actividades económicas aliviará estas presiones. Sin embargo, es evidente que la recuperación económica de las mayores economías del mundo ha ejercido presión sobre el precio de las materias primas. Además, el ajuste de los mercados laborales en la era posterior a la pandemia sugiere que las presiones salariales pueden reponer las expectativas inflacionarias de forma sostenida.
El regreso de la “Anciana” – el peligro inflacionario – no es una sorpresa para América Latina y, en particular, para los países del Mercosur. En realidad, nunca abandonó la escena en el caso de Argentina. Pero el peligro de una aceleración inflacionaria en la región tiene implicaciones significativas. En Argentina, al cierre del primer trimestre de 2021, la tasa de inflación generó expectativas (basadas en la evolución de los precios en los 6 meses anteriores) de una tasa anual del 58% – en mayo la inflación anualizada ya había alcanzado el 48,8%. En el caso de Brasil, la inflación de junio empujó la tasa acumulada del IPCA en los últimos doce meses a alrededor del 8,05%, por encima del límite superior de la meta de inflación (5,25%) para 2021. Uruguay y Paraguay, a su vez, han presentado resultados inflacionarios de mejor comportamiento, más cercanos a las metas de política monetaria, aunque el aumento de los precios de los alimentos puede generar nuevas presiones inflacionarias.
La gran preocupación en este momento, sin embargo, es la posibilidad de una aceleración inflacionaria en EUA. Para las empresas de los países del Mercosur, es importante planificar cómo proceder en caso de un aumento de la inflación. Las medidas habituales en el contexto de este escenario incluyen:
- Identificar mecanismos para transferir aumentos de costos a sus consumidores
- Explorar formas de minimizar la dependencia de los proveedores, renegociar contratos e invertir en existencias de insumos críticos para aumentar la resiliencia
- Desarrollar una estrategia de recursos humanos para atraer y retener talento
- Considerar la posibilidad de endeudamiento como forma de financiamiento, siempre que la empresa no se encuentre en una situación financiera vulnerable.
También es importante actualizar con frecuencia escenarios alternativos que consideren los impactos potenciales de la inflación en el costo de los insumos, la mano de obra y los ingresos. La identificación de niveles de liquidez compatibles con cada escenario es de especial relevancia. Estas acciones son parte de los ejercicios de construcción de escenarios discutidos en los programas PAEX de FDC.