En un contexto de difícil coyuntura para muchas compañías, la cualidad de ser socialmente responsable es un valor agregado que el consumidor sabe valorar y lo ha hecho notar.
Ser socialmente responsable en cada etapa de producción es una acción voluntaria que impulsa nuevas tendencias dentro del universo empresarial y que crea convicciones que impactan. En Paraguay una de las empresas más representativas de este modelo es Las Tacuaras, en especial con su marca Nutrihuevos, es por ello que Gustavo Koo, CEO de la empresa comparte su experiencia y visión en cuanto a la sustentabilidad y compromiso con el medio ambiente.
“Una empresa sustentable siempre busca el triple impacto de valor, aunque nunca perdemos el foco en lo económico - porque empresa que no es rentable no tiene oportunidad de seguir creciendo e invirtiendo- también buscamos tener un impacto positivo en lo social y ambiental”,explicó Gustavo koo.
¿Cómo miden las huellas medioambientales que deja la empresa?
En lo ambiental implementamos varias acciones. Por un lado, la reducción -al máximo posible- de todos los residuos. Si bien no se puede lograr en un 100%, estamos gestionando cerca del 80%. Trabajamos con indicadores para establecer mediciones, contabilizamos exactamente la cantidad de hierro, plástico o papel que se gestiona y año a año se miden para saber si vamos mejorando.
También calculamos nuestra huella hídrica. Desde el año pasado sabemos cuánto exactamente se usa para producir un huevo y trabajamos en ir disminuyendo esa cantidad y mejorar esta huella. Me sorprendió cuánta agua se utiliza en el proceso ya que se contempla toda la trazabilidad detrás. Por ejemplo, al día se debe moler toneladas de maíz y si el maíz viene de un campo supone que este debió ser regado. No se mide solo la cantidad que usamos en la planta, sino todo lo que incluye en su cadena para atrás.
Por otro lado, trabajamos mucho en todo lo que es economía circular. Por ejemplo, nuestras bandejas de envase en cartón, son fabricadas con papeles generados dentro de la empresa y también compramos los restos de las imprentas gráficas del país; tenemos dos grupos de recicladores dedicados a la compra de residuos de estas empresas que luego los venden a nosotros. De esa manera reutilizamos lo que para muchos sería desecho.
En cuanto a los bosques dentro de la planta industrial, ¿cuáles son los planes?
Tenemos 13 hectáreas de bosques certificados, los primeros y únicos bosques nativos con certificados en régimen de pago por servicios ambientales en todo el departamento. Es decir, podemos vender un bono ambiental a empresas que emiten CO2 y que quieran, de alguna manera, neutralizarlo. Si bien la experiencia en venta no fue tanta como esperábamos, en esencia lo hicimos como una convicción ambiental. Poseemos casi 40 mil árboles plantados y esperamos poder certificar a cerca del 40% de los mismos, una vez que las plantas cumplan con los indicadores de maduración.
Actualmente, estamos trabajando con una consultora para medir nuestra emisión de CO2 y determinar si podemos neutralizarlas con nuestro propio bosque. Ya hay una agenda global que involucra a industrias que tratan de reducir o neutralizar su CO2, y creo que esa es la única forma de paliar el calentamiento global que estamos viviendo. Entonces, también nos adherimos a ese movimiento.
¿La misma convicción y visión dio origen al subproducto de la línea de Fertilizantes Organitec?
Dentro de la empresa tenemos un subproducto: estiércol de gallina, llamada gallinaza. Antes era pasado por un proceso de composta y se vendía. Hace aproximadamente cinco años atrás abrimos una planta de fertilizantes con otros dos jóvenes para darle un valor agregado a esa gallinaza incorporándoles minerales. Hoy día, estamos vendiendo al mercado un mineral orgánico compuesto. De esa manera todo eso retorna de vuelta al suelo.
Es la primera empresa que le da este tipo de valor agregado al producto en toda la región, se trata de una segunda unidad de negocio que está arrancando, pero nos va bastante bien.
A nivel comunidad, ¿qué tipo de iniciativas están liderando desde Las Tacuaras?
Solo con Nutrihuevos contamos con 400 colaboradores distribuidos en distintas sedes, incluyendo la unidad ganadera. Además, en Organitec son cerca de 60 colaboradores que viven en la zona generando así oportunidades para mano de obra. También tenemos varios proyectos comunitarios.
Por mencionar algunos, la última inversión grande fue la del centro de primera infancia, que no se puede habilitar por la situación de pandemia, pero estamos esperando que todo mejore para recibir a los hijos de los colaboradores, y luego estaría abierto para la comunidad ya que tiene capacidad para 100 niños.
También estamos desarrollando proyectos con las distintas facultades de la Universidad Nacional para trabajar conjuntamente con dos asentamientos, el asentamiento 8 de diciembre de Villeta y otro en San Lorenzo. Estas facultades tienen proyectos de extensión universitaria a través de las cuales estudiantes brindan asistencia a estas comunidades, según sus especialidades, y nosotros damos apoyo logístico para concretar los proyectos.
¿Qué implica para una empresa ser socialmente responsable en Paraguay e integrar organizaciones como Sistema B, ADEC y Pacto Global?
En Paraguay no hay una ley que te obligue a ser socialmente responsable, todas las acciones sustentables son acciones voluntarias. El concepto de RSE empezó con la ADEC, desde donde se impulsó y luego llegó el Pacto Global con la misión de que los firmantes cumplan con los objetivos de desarrollo sustentables, y luego llega la certificación B que, aunque manteniendo esa cualidad de acción voluntaria, la certificación de Empresa B hace un análisis exhaustivo que implica muchas tareas detrás.
Desde nuestra experiencia -como empresa certificada - entendemos que ser una empresa socialmente responsable tal vez no tenga valor para muchos o para el producto, pero lo hacemos por convicción, para decirle a nuestros consumidores que no solo cumplimos con las leyes nacionales, sino que vamos un poco más allá y buscamos ese triple resultado de valor.
Atendiendo a uno de los objetivos del Pacto Global, ¿se podría hablar de la inserción del enfoque preventivo que favorezca el medio ambiente dentro de la agenda empresarial?
El Pacto Global ofrece una plataforma para que las empresas y organizaciones de la sociedad civil puedan implementar sus principales ODS dentro de sus estrategias empresariales. Los ODS ya son parte de una agenda global y así lo ve todo el mundo.
Dentro de esos objetivos hay varios que involucran al medio ambiente, y si bien el objetivo es bien fino, cada uno tiene sus indicadores y son guías para que las empresas u organizaciones puedan ir mejorando su gestión ambiental. Todo esto ayuda a empezar a prevenir o mejorar el contexto donde uno está operando. Es una herramienta muy válida para ser una mejor empresa y al hacerlo se está contribuyendo a una agenda global que es muy loable.
¿Por qué es importante que las industrias y empresas trabajen en la sustentabilidad?
Hoy día es muy importante, hay un refrán que dice: “Hay dos tipos de empresas, la que tuvo una crisis o la que va a tener una crisis”. Todas las empresas o emprendimientos estamos expuestos a crisis porque son cosas que pasan, ya sean económicas, ambientales, de valores u otras.
Y si bien ser una empresa sustentable no exonera de pasar por crisis, si se llega a tener una creo que el consumidor perdona mucho más rápido. Para las empresas que solo buscan la rentabilidad, muchas veces el castigo es tal que llegan a cerrarse y hay muchas que a nivel mundial ya pasaron por esto.
Uno tarda 20 años para construir una imagen y una reputación, sin embargo, un evento no fortuito puede destruirla en segundos, mucho más ahora con las redes sociales. La sustentabilidad no es una idea romántica o de moda, sino que, en un mundo tan globalizado y donde la información corre en segundos, creo que una empresa tiene que ser sustentable para subsistir, ya es una cuestión de supervivencia. Esto lo entendieron las grandes marcas y empresas que ya deciden tomar ese camino.
Finalmente, ante a un año difícil como lo fue el 2020. Desde Las Tacuaras, ¿cómo hacen frente a la coyuntura generada por la pandemia?
Con Nutrihuevos, al ser un alimento de primera necesidad, no nos afectó mucho la rentabilidad, incluso el año pasado -durante la fase cero- se registró un mayor aumento en la demanda. Pero, internamente, sí nos tocó muy fuerte los contagios. En julio el año pasado tuvimos un pico de contagio en el que 17 colaboradores se contagiaron y esto hizo que un tercio de la empresa entrara en aislamiento, lo que casi puso en jaque la empresa, pero gracias al trabajo del equipo se pudo sobrellevar y salimos fortalecidos.
Esto sirvió como primera experiencia y preparación para los casos positivos que hasta hoy en día seguimos teniendo. Nos sabemos manejar mejor y damos contención a nuestros colaboradores, se cuenta con un médico en línea para guiarlos con el tratamiento y compramos o alquilamos tanques de oxígeno para casos en los que estos o sus familias no puedan disponer de uno. Fuimos adoptando varias medidas.
¿Un mensaje final?
Un llamado al Gobierno, porque con toda esta incertidumbre, en un país donde la economía informal llega a casi 50%, creo que el Gobierno más que nunca debe proteger a las empresas formales (generadoras de empleo) y preservar la fuerza de trabajo. Que cuiden a las empresas ya que son estas las que generan riquezas y pagan impuestos para que el Estado también pueda gestionarse.
Perfil
Gustavo Koo, CEO de Las Tacuaras SA. Foto: Christian Meza.
• Arquitecto graduado de la University of Southern California
• Forma parte del Directorio de otras empresas del Grupo como Organitec Fertilizantes SA y TAVA SA.
• Participa activamente en diferentes gremios y organizaciones de la sociedad civil
• Fue presidente del Pacto Global Paraguay
• CEO de Las Tacuaras