La coherencia entre la salud que queremos y las defensas que soñamos, la demostramos con los alimentos que seleccionamos o no. “Hoy más que nunca, nuestra decisión diaria más inteligente está en nuestro plato”, afirmó Dora Villalba, licenciada en Nutrición Humana.
Actualmente no existe un medicamento específico para prevenir o tratar la infección por el nuevo coronavirus (Covid-19), ni siquiera una vacuna con un 100% de eficacia, la única defensa que tenemos frente a esta enfermedad es nuestro sistema inmunológico.
De cómo nuestro propio sistema de defensa responda a la infección dependerán, en gran medida, los síntomas o consecuencias que presentemos, pudiendo ser síntomas leves como fiebre, dolor de garganta, tos seca, cansancio o síntomas severos como neumonía y problemas respiratorios agudos, que pueden tener una consecuencia aún peor, la muerte.
Entonces, hoy día, las preguntas claves son ¿Qué es y cómo funciona el sistema inmunológico? ¿Podemos hacer algo para mejorarlo? ¿Cuánto cuesta estar sano? Para responder a estos interrogantes, FOCO conversó con Dora Elizabeth Villalba Paredes, licenciada en Nutrición Humana, quien precisó que el sistema inmunológico es “una compleja red de células, tejidos, órganos y moléculas, que está encargado de la defensa natural del cuerpo contra las agresiones, externas o internas. Podríamos decir que es el Ministerio de Defensa de nuestro cuerpo”.
En este contexto, la profesional aclaró que cada ser humano es diferente al otro, por tanto cada organismo tiene diferentes mecanismos y reacciones. Sin embargo, se puede afirmar que tener un sistema de defensa disminuido nos hace más vulnerables a infecciones como Covid 19 y otras enfermedades respiratorias, propias del tiempo invernal y tenerlo fuerte, nos brinda protección contra las mismas.
La función o estado de nuestro “ministerio de defensa” depende de factores como: la genética, el medio ambiente, el estrés, el estilo de vida, la alimentación y la nutrición
Es decir que cada persona según sus genes, factores ambientales, estilo de vida y tipo de alimentación tendrá su particular sistema inmunitario. Resaltando que los tres últimos se ven afectados, positiva o negativamente, por nuestras decisiones diarias.
“Enfocándonos en el último de los puntos, es claro que la alimentación determina en gran manera el estado nutricional y este a su vez se relaciona directamente con el estado del sistema inmunológico. Entonces, la coherencia entre la salud que queremos, las defensas que soñamos la demostramos con los alimentos que seleccionamos o no, hoy más que nunca, nuestra decisión diaria más inteligente está en nuestro plato”, enfatizó Doris.
Llevar el control no solo de lo que comemos sino, más aún, de lo que no comemos es clave.
Sobre el punto, la profesional señaló que muy pocas veces se eligen alimentos que aumentan las defensas. Esto se debe a varios motivos, por ejemplo: el precio, los gustos de cada consumidor o el tiempo que tiene para cocinar y comer. A estos factores se suman la accesibilidad a esos alimentos, que no siempre son aquellos que todos consumen, la ocasión, las costumbres, cultura o religión, incluso las habilidades culinarias.
Es por ello, que este artículo busca invitar a los lectores a reflexionar sobre sus hábitos alimenticios. Y sin olvidar el contexto económico, se propone este versus: ¿Cuánto me cuesta una alimentación que debilite mi sistema inmunitario (alta en nutrientes críticos como azúcares, grasas malas y sal, generalmente conocidas como alimentos ultraprocesados)? y ¿Cuánto me cuesta una que lo potencie (alimentación variada, completa, equilibrada, conocida como alimentos sin procesar o mínimamente procesados).
Aunque, la mejor forma de encarar esta propuesta, de acuerdo a la especialista es cambiar el “cuánto cuesta y lo fácil que sea encontrarlo” por “cuánto aporta a mi salud y a fortalecer mi sistema inmunológico”.
“El Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social del Paraguay nos recuerda que ´Aumentar el consumo de frutas y verduras, disminuir los ultraprocesados y mantener la hidratación genera un impacto importante en la prevención de enfermedades´”, puntualizó. Y agregó que “si nos damos cuenta, esta sencilla recomendación que hasta la sabemos de memoria, no implica un costo extra, pero si implica una decisión, ir más allá del deseo que no cambia nada a una decisión que puede cambiarlo todo”.
“Para muestra vale un botón”. La mayoría de nosotros sabemos que debemos tomar al menos 8 vasos de agua al día, ahora preguntémonos ¿Cuántos vasos de agua tomamos al día?
¿Y si empezamos aplicando lo que ya sabemos? ¿Si pasamos de la teoría a la acción?
“¡Es hora de actuar! Que cada día, nuestro plato sea coherente con la persona que queremos ser y con la salud que queremos tener”, concluyó la especialista.
Perfil
Dora Elizabeth Villalba Paredes
- Licenciada en Nutrición Humana, Facultad de Ciencias Químicas de la Univesidad Nacional de Asunción.
- Docente universitaria.
- Especialista en Salud Pública y Administración Hospitalaria, Universidad Nacional de Asunción.
- Masterando en Marketing y Gestión Estratégica, Universidad Americana. -Masterando en Innovación Didáctica para Ciencia y Tecnología.
-Diplomada en “Educación y Marketing Social en Salud Pública y Nutrición”, INTA de Chile. - Diplomada en Consejería para el cambio conductual por el Instituto de Nutrición de Centroamérica y Panamá (INCAP).
- Certificada en Liderazgo con Distinciones Ontológicas. Escuela Coaching Ontológico Americano.
-Certificada en Dirección en Comunicación Estratégica. Centro de Entrenamiento MULTICOM (Bolivia).
- Responsable de Comunicación y Marketing de la Sociedad Paraguaya de Nutrición. - Instructora del Curso de Nutrición Pediátrica de la Federación Latinoamericana de Nutrición Enteral y Parenteral (CNP-FELANPE)