Jorge García Riart
(*) Doctor en Educación Superior
La situación calamitosa del mantenimiento de las escuelas públicas, que denuncian los gremios docentes, no es nueva. Es el resultado de un paupérrimo presupuesto nacional destinado a cubrir lo mínimo. Lo nuevo es que ahora, en estado de pandemia, se prevé el retorno a las aulas sin una infraestructura acondicionada para el efecto.
Para entender cómo funciona el presupuesto propio del MEC para mantenimiento de la infraestructura escolar, cabe un análisis del Presupuesto General de la Nación para este año. Revisando los rubros para el sector, podemos decir que los recursos económicos propios son insuficientes.
Donde se debería contemplar fondos para el mantenimiento de la infraestructura escolar, no existe. La actividad 02 “Brindar servicio educativo en Educación Inicial” y la actividad 03 “Brindar servicio educativo en 1er. y 2do. ciclos de la EEB” tienen ₲ 0 para esta tarea. O sea, en caso que un aula de preescolar perdiere un foco, no habría con que reponerlo o en caso que el pizarrón del grado se estropeare, no habría manera de cambiarlo.
En la actividad 07 “Brindar servicio educativo a jóvenes y adultos de 15 años y más” (3º ciclo y Educación Media), sí, hay un monto contemplado para mantenimiento de ₲ 145.265.730, pero el nombre del rubro indica que es para reparaciones “menores” de edificios y locales. En esta ocasión, si se podría cambiar la bombilla de luz quemada, aunque no estamos seguros que en todas las instituciones.
Siempre en esta línea de “gastos menores” hay otro rubro en la actividad 17 denominada “Fomento y Apoyo Operativo” y el monto previsto es de tan solo ₲ 20.000.000. Se repite el monto en Proyecto 07 “Investigación, evaluaciones estandarizadas de desempeño a estudiantes”.
Una cantidad discutible de dinero se previó para mantenimiento y reparaciones menores de edificios y locales dentro del Proyecto 09 “Mejoramiento de condiciones de aprendizaje con incorporación de TIC”: ₲ 2.390.000.000. Si dirigiéramos igualitariamente partes de este gasto a 7.104 escuelas oficiales, alcanzaría para cada una ₲ 336.430, suficiente para comprar un cartucho de tinta negra una sola vez en el año.
¿Dónde están los gastos públicos para mantenimiento de escuelas? Gran parte de aquéllos se canalizan a través de las municipalidades y de las gobernaciones que reciben recursos de FONACIDE, un fondo que se creó para descentralizar el MEC pero que, en los últimos años, ha demostrado ser un fracaso. ¿Podemos someter el cambio de un fluorescente de aula a la burocracia de las compras del Estado o beneplácito de una Junta Municipal?
La organización Juntos por la Educación, para su Observatorio Educativo Ciudadano, calculó que para el 2021 se necesitan alrededor de U$D 25 millones para mantenimiento de la infraestructura educativa. Un monto que debería incrementarse progresivamente hacia el 2030 para cumplir con los Objetivos del Desarrollo Sostenible. Si esto no podemos conseguirlo, volvamos a casa y que el último apague la luz en caso que no se haya cortado aún.