Un ser humano accede al bienestar trabajando en una empresa cuando está automotivado, tiene autogestión y puede desplegar su creatividad cotidianamente. Adrián Gilabert, experto en estrategias de transformación y bienestar organizacional, y autor del libro “El trabajo ha muerto”, ofrece una guía para lograrlo.
1. Los cursos y “speechs” de motivación son efímeros, no sirven a mediano y largo plazo: Promueva el autoconocimiento. Que cada persona encuentre un propósito laboral abarcativo y poderoso, que sepa cuáles son sus talentos y cómo complementarlos con otros.
2. Para lograr la autogestión no basta con que cada persona comprenda que puede hacerse cargo de su agenda diaria: Establezca objetivos de corto, mediano y largo plazo para cada área y para cada persona.
3. Deje de pensar en términos de jornada laboral: El concepto de “explotación del tiempo” es del siglo pasado, el trabajo de este siglo está basado en la movilidad (sin lugar físico fijo) y por objetivos y/o iniciativas. Así como los equipos de ventas trabajan por objetivos, el resto de la organización también lo hará.
4. Trabaje en un cambio en el estilo de gestión: El modelo de control diario de tareas que supimos practicar durante mucho tiempo está muy arraigado en nuestros hábitos. Evalúe el avance y cumplimiento de objetivos, no de tareas. Por supuesto converse y acuerde los objetivos con cada área y persona.
5. Cambie el estilo de liderazgo: Es fundamental realizar una transición del liderazgo que da órdenes y controla a un liderazgo del estilo “conector/comunicador”, es decir, crear entornos de debate para encontrar soluciones a problemas e ideas. Va a encontrar mucho más rica y simple la toma de decisiones.
6. Promueva la creatividad: Para hacerlo hay dos cuestiones básicas. La primera es entender que la creatividad es como respirar, ambos son aspectos esenciales del ser humano. La segunda es que es necesario trabajar en un modelo organizacional no piramidal. Diseñe algo singular, único e irrepetible.
7. Defina un propósito poderoso para usted mismo y su empresa: Un ejemplo para aportar una idea (caso real): hasta hace un tiempo una empresa definía su misión como “Ser líder en la venta de productos de informática”; la redefinición hacia un propósito dió como resultado lo siguiente: “Dar acceso a la tecnología a toda la sociedad”. Las diferencias son enormes. Destaco una de ellas, cuando vino la cuarentena suplantaron la caída de ventas de productos por la venta de cursos en línea que ya tenían preparados.
8. Observe las sincronías y reestructure en cantidad y calidad su empresa: Evalúe lo siguiente: si el propósito de un colaborador no sincroniza con el propósito de la empresa, es momento de conversar y hacerle ver que es mejor para su vida que siga otro camino, porque de esa falta de sincronización deviene la insatisfacción, la improductividad y la necesidad de tener mucha cantidad de colaboradores. Si hay sincronía se garantiza la plenitud, la expansión, el crecimiento.
9- Enójese conmigo: Se ha dado cuenta a esta altura que lo que podía parecer un reduccionismo rápido de 10 pasos para hacer en 5 minutos no ha resultado así. Que lo que es importante cambiar es mucho. Pero ya hay casos de empresas grandes, medianas y pequeñas, incluso de personas independientes, que han realizado de a poco este proceso. Hay teoría y práctica. Y cada día aprendemos más y mejor.
10- Elija: Si se le ha pasado el enojo es momento de elegir. Si elige ir adelante con estos cambios empiece por Ud. mismo, modificando sistemas de pensamiento, rompiendo creencias y limitaciones, luego empiece sin prisa con el punto 1.
Estamos en un contexto en el mundo del trabajo muy particular, desafiante y novedoso. Cambios en las leyes de trabajo, en educación, en liderazgo, en diseño organizacional, una acelerada incorporación de tecnología, nuevos problemas a resolver que serán los grandes emprendimientos del futuro.
ES HORA DE SER MÁS HUMANOS QUE NUNCA.