Estas virtudes que guiaban la vida de los guerreros samuráis hoy pueden aplicarse en el mundo empresarial para construir líderes más humanos y con una vida plena.
El Bushido (en japonés, «la vía del guerrero»), es un código ético que muchos samuráis seguían como seña de identidad de su compromiso como guerreros. Más que un conjunto de reglas o deberes, era una forma de vida en la que se demostraba compromiso con el honor, la lealtad o la justicia, llegando a entregarse a la muerte si éstos se veían en peligro. Los invitamos a conocer más acerca de la cultura samurái que ha dejado un legado importante en la historia de la humanidad y es muy venerada en la actualidad.
1. Honradez y justicia: Sé honrado en tus actos con todo el mundo. Para un auténtico samurái no existen las tonalidades de gris en lo que se refiere a honradez y justicia.
2. Valor heroico: Un samurái debe tener valor heroico. Es absolutamente arriesgado, es peligroso, es vivir de forma plena, completa, maravillosa. El coraje heroico no es ciego, es inteligente y fuerte. Reemplaza al miedo por el respeto y la precaución.
3. Compasión: Mediante el entrenamiento intenso el samurái se convierte en rápido y fuerte. No es como el resto de los hombres. Desarrolla un poder que debe ser usado en buen de todos. Tiene compasión , ayuda a sus compañeros en cualquier oportunidad. Si la oportunidad no surge, se sale de su camino para encontrarla.
4. Cortesía: Los samuráis no tienen motivos para ser crueles. No necesitan demostrar su fuerza. Un samurái es cortés incluso con sus enemigos. Un samurái recibe respeto no solo por su fuerza en la batalla, sino también por su manera de tatar a los demás. La auténtica fuerza interior del samurái se vuelve evidente en tiempos de apuros.
5. Honor: El auténtico samurái sólo tiene un juez de su propio honor y es él mismo. Las decisiones que tomas y cómo las llevas a cabo son un reflejo de quien eres en realidad. No puedes ocultarte de ti mismo.
6. Sinceridad absoluta: Cuando un samurái dice que hará algo, es como si ya estuviera hecho. Nada en esta tierra lo detendrá en la realización de lo que ha dicho que hará. No ha de “dar su palabra”. No ha de “prometer”. El simple hecho de hablar ha puesto en movimiento el acto de hacer. Hablar y hacer son la misma acción.
7. Deber y lealtad: Para el samurái haber hecho o dicho “algo”, significa que ese “algo” le pertenece. Es responsable de ello y de todas las consecuencias que le sigan. Un samurái es intensamente leal a aquellos bajo su cuidado. Para aquellos de los que es responsable, permanece firmemente fiel. Las palabras de un hombre son como sus huellas, puedes seguirlas donde quiera que él vaya. Cuidado con el camino que sigues.