Celina Lezcano
Presidenta de la Asociación Paraguaya de Mujeres Empresarias, Ejecutivas y Profesionales
Haciendo un recorrido histórico, vemos que la mujer siempre tuvo un especial protagonismo, no solo en nuestra sociedad y nuestra historia, sino también en el mundo; si bien la imagen generalizada de la mujer estuvo situada mucho tiempo dentro del ámbito del hogar, hoy día no solo se encarga de temas operativos y funcionales de la casa, como de la educación y el desarrollo de sus hijos, sino también, resulta ser el principal sustento económico de su familia.
Según datos estadísticos en Paraguay, 4 de cada 10 mujeres son cabeza de hogar y tienen entre dos a tres niños a su cuidado. De los 7.252.672 habitantes, 3.599.516 son mujeres y 3.653.156 son hombres, donde el porcentaje de población económicamente activa (PEA) es de 49,3% en mujeres y de 50.7% en hombres.
Estos datos reflejan que las mujeres estamos inmersas en el ámbito laboral económico como muchos hombres, buscando el empoderamiento económico y compitiendo por mejores puestos laborares, buscando capacitarnos y actualizarnos constantemente, ya que reconocemos que la herramienta fundamental del crecimiento socio económico de un país es la educación.
¿Podría llegar una mujer a ser gerente, directora, CEO, a un dirección o ministerio en el sector público? Por supuesto que sí.
La reseña de que la mujer cumple un papel fundamental y crítico en la sociedad, no es un bonito slogan para la inclusión o un capricho para ciertos grupos, somos mujeres integradas a la sociedad, con un rol particular y capacidades que avalan el espacio conquistado y por conquistar.
No solo somos amas de casa, somos madres educadoras de nuestros hijos, formadoras de opinión de buenos ciudadanos, administradoras del consumo familiar, soporte emocional y financiero de los miembros del hogar donde se toman decisiones importantes que repercuten, tanto en el sector público como en la empresa privada, por ende, nuestra contribución inicia en el hogar y se expande a la sociedad y al desarrollo económico del país, ya que reinvertimos el 90% de lo que ganamos, a diferencia de los hombres que en general lo hacen en sólo un 66% de sus ingresos.
Nuestras cualidades femeninas propias; como manejo de objetivos; conciliación de presupuestos, transmisión de valores, espíritu de servicio y resolución de problemas con una mirada integral y un accionar multitarget, también nos hacen más que valiosas en el ámbito laboral, teniendo un especial cuidado en coordinar las cosas de la casa, con las cosas del trabajo.
Además, nuestra gran misión, la de dar vida, capacidad distintiva de las mujeres, se replica en nuestras empresas y nuestras familias adaptándose al contexto de la misma... Damos vida a un ser humano, damos vida a una idea, damos vida a una empresa, damos vida a una organización, a un país.
Todavía tenemos muchos retos por delante y paradigmas que romper, debemos trabajar en lo que pensamos, en lo que queremos para nosotras mismas como mujeres y para los demás como sociedad, sumando el aprendizaje de tiempos pasados, el presente y las restricciones que aún quedan en el mercado laboral, en el gubernamental, más allá de su buena o mala administración, en el mismo sector gremial, encabezado en su mayoría por colegas hombre.
Las mujeres paraguayas estamos cada vez más preparadas y dispuestas a romper paradigmas e ir incorporándonos al mundo laboral empresarial. Desde la Apep, gremio de mujeres empresarias y profesionales, ofrecemos y compartimos el trabajo solidario, formador y constructivo para la mujer, no solo para las que ya emprendieron y tienen sus empresas en marcha, sino también para todas esas mujeres visionarias que de una u otra forma buscan la prosperidad y el desarrollo del País.
Reconocemos también a las mujeres que responden al llamado social voluntario y comunitario, que llevan a cabo sus ideas con gran perseverancia, esperando resultados positivos y la mejora de la calidad de vida de sus familias y sus comunidades.
Debemos seguir construyendo juntas el tejido social que garantice la igualdad de oportunidades porque juntas somos más y juntas lo podremos lograr; mujer, no estás sola.
A seguir rompiendo paradigmas y promoviendo el liderazgo de las mujeres.