Guido R. Brítez Balzarini
Socio Gerente de Sunergos.
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La falta de comunicación es el déficit organizacional más común en los diagnósticos de climas organizacionales. Algunas organizaciones tratan de solucionarlo con capacitaciones en comunicación, sin embargo, tales capacitaciones no pueden surtir los efectos deseados. Ocurre que el mencionado déficit no suele ocurrir porque las personas no saben comunicarse, sino generalmente porque no se sienten motivados a comunicarse, lo cual tiene más relación con los estilos de liderazgos que imperan en el ambiente, que con sus habilidades de comunicación.
Las capacitaciones en habilidades de comunicación típicamente proveen herramientas de comunicación, es decir, el “como” comunicarse, y no focalizan en generar las ganas o los ánimos necesarios para comunicarse con las personas que le rodean, lo cual es el ámbito del desarrollo del liderazgo.
Los déficits de comunicación detectados en los diagnósticos organizacionales son generalmente informados por colaboradores que, cuando lo hacen, utilizan como punto de referencia la calidad de comunicación que experimentan con sus propios líderes.
Sin embargo, la iniciativa de comunicación entre el jefe y el colaborador debe siempre provenir del jefe, no de los colaboradores, de manera que es acertado interpretar la falta de comunicación como un déficit ocasionado por estilos de liderazgos ineficaces.
Cuando hay buenos liderazgos, especialmente participativos, indispensablemente se generan buenos relacionamientos y la comunicación se origina espontáneamente, así como cuando niños solos aprendimos a caminar y a hablar, sin necesidad de capacitaciones. De ahí que la solución eficaz para los déficits de comunicación son las capacitaciones en liderazgo y no las capacitaciones en habilidades de comunicación. Cuando hay buenos liderazgos la comunicación ocurre espontáneamente, primero porque el líder lo tiene como prioridad y, segundo porque el mismo ambiente motiva a compartir pensamientos y sentimientos con sinceridad y confianza. El ambiente es lo que estimula la apertura de canales de comunicación, no las capacitaciones en habilidades de comunicación. Según varias investigaciones realizadas, los estilos de liderazgo tienen un peso mínimo del 51% en la calidad de los ambientes organizacionales.
Los estilos de liderazgos participativos promueven la comunicación porque:
1. Favorecen la apertura de canales de comunicación
Liderazgo participativo es sinónimo de apertura, inclusión, solidaridad y cooperación entre las partes.
2. Intencionalmente buscan el buen relacionamiento
Relacionamiento y comunicación van de la mano, ya que uno se comunica con aquellas personas con quienes tiene buen relacionamiento, y se tienen buenos relacionamientos con aquellas personas con quienes se tiene buena comunicación.
3. Es la herramienta de relacionamiento más importante
Los líderes participativos saben que su misión es trabajar a través de las personas y, por lo tanto, procuran fortalecer sus habilidades de comunicación para lograr su misión.
Aquellos líderes que no son participativos se caracterizan por no ser comunicativos y no fomentar espacios de comunicación.
Es importante tener en cuenta que “liderazgo” es un tipo de relacionamiento humano, en este caso entre jefes y colaboradores, así como existe el relacionamiento entre parejas, padres e hijos. Todos los relacionamientos precisan de buena comunicación para funcionar bien, y liderazgo no es la excepción. Si se quiere aumentar la comunicación en un ambiente organizacional, la capacitación deber ser primero en habilidades de liderazgo tales como aprender a respetar al otro, a disentir con madurez o escuchar con atención, los cuales tienen siempre a la comunicación como eje central o canal natural.
Es posible que algunas organizaciones recurran a las capacitaciones en comunicación por no comprender a cabalidad el alcance de la palabra liderazgo, por asociar al liderazgo más con el hecho de “estar al mando”, el aspecto jerárquico del término o algo así, y no tanto por asociarlo con la promoción de la calidad de relacionamientos con los colaboradores.
En resumen, para mejorar la calidad de las comunicaciones en las organizaciones, es preciso desarrollar primero las habilidades de liderazgo participativo de sus líderes, dado que naturalmente promueven la comunicación y el buen ambiente laboral.