Marcelo Berenstein
Una pregunta, infinitas respuestas. Hay estudios que revelan que hay quienes nacen y otros que se hacen emprendedores. Actitud y renunciar a la zona de confort son claves.
La pregunta es un clásico del ecosistema: ¿Emprendedor se nace o se hace? Académicos, intelectuales, celebrities entrepreneurs, todos tiene su opinión.
Particularmente, estoy convencido que todos nacemos con capacidades emprendedoras. Por supuesto que cada persona tiene sus capacidades diferentes y se atrofian si no se ejercitan.
Los emprendedores son personas que aprenden a tomar decisiones, asumir riesgos, dominar sus miedos, fomentan su curiosidad, cultivan el arte de investigar para ir más allá de sus límites….
Lo mismo hacemos los seres humanos en nuestros primeros años de vida. ¿Acaso erguirse y aprender a caminar no es una de las acciones más trascedentes que implementamos?  Pocas cosas necesitan en la vida más dominio del miedo, determinación, curiosidad y autoconfianza que dejar de reptar y ponernos de pie.
Lo mismo sucede cuando aprendemos a hablar; pasamos de los sonidos guturales a expresarnos… ¡Y pensar que de adultos tenemos complicaciones para aprender nuevos idiomas!
Sin duda nacemos con capacidades emprendedoras, algunas comunes y otras particulares; unas inherentes a la condición humana y las otras escritas en el mapa genético.
Probablemente si educamos hijos con más estímulos que prohibiciones, dándoles más “si” que  “no”, estaremos fijando cualidades emprendedoras en lugar de obediencia ciega y temores.
Cada acto de nuestra vida es un emprendimiento, sea familiar, social, comercial, profesional. Vivir es emprender.
Repito, todos los seres humanos nacemos con espíritu emprendedor, sólo que algunos lo desarrollan y otros lo bloquean, lo niegan o lo cercenan. Lo que diferencia a unos de otros, entonces, no es una cuestión de naturaleza sino de actitud.
Nacidos y hechos
Para el formador de equipos de alta dirección y escritor Alex Rovira, el emprendedor nace y se hace “y en ese proceso de crecimiento empresarial no hay recetas, pero sí que puede existir algún decálogo en el que debe anteponerse la humildad, el emprendedor debe ser humilde porque la arrogancia es sinónimo muchas veces de fracaso. Otro aspecto es el respeto. Sin conciencia no hay decencia. Si hay respeto, la cadena sigue su cursos y va hacia responsabilidad, confianza, compromiso y calidad. "
Actitud
La Fundación Kauffman publicó un estudio denominado “La Anatomía del Emprendedor”, que se basa en una encuesta a más de 500 fundadores de compañías y empresarios de diversas industrias. El estudio muestra que el 75.4% de los emprendedores trabajó para otros por más de 6 años, antes de comenzar sus propias empresas. Y para ellos es un valor sumamente importante , porque más allá de la actitud y motivación que cada uno pueda uno tener, valoran la experiencia recolectada en los años anteriores, que lo nutren de mayores capacidades y competencias.
La maldita zona de confort
Anthony Tjan es el autor del best seller del New York Times, “Heart, Smarts, Guts, and Luck (corazón, inteligencia, agallas y suerte)”. Estos son los cuatro pilares en que se sustenta el éxito empresarial, de acuerdo con una investigación que incluyó encuestas a miles de emprendedores.
De estos 4, dice Tjan, son las agallas las que pueden frenar o encaminar a los emprendedores, ya que se necesita mucha valentía para emprender algo nuevo, y existen preocupaciones de diversos tipos que pueden frenar una iniciativa.
En el libro se señala, también, que incluso la suerte se puede educar, siendo humilde y abierto, teniendo la actitud correcta y construyendo una red de relaciones interpersonales honestas y leales. El corazón en cambio es el lugar de inicio, el punto de partida de todo emprendimiento. Es el deseo y la pasión por ir tras los sueños hasta lograrlos. La inteligencia es el razonar cómo llevar a cabo el proyecto deseado y usar las mejores herramientas para lograrlo. Pero, nada funcionará si no se tienen las agallas suficientes.
Para Tjan, todas las personas pueden tener la personalidad de emprendedor como algo innato, pero muchas no la explotan, porque no tienen el valor suficiente para hacerlo. Entonces, la mayoría prefiere quedarse en su zona de confort, aun cuando se sientan cómodos, antes de emprender algo nuevo que no saben cómo resultará. En cambio, la gente dice que no es emprendedora o creativa, puede estar mintiendo, porque puede aprender a serlo, todo está en la motivación que tenga para ello.
Tu decisión
Ahora ya lo sabes, si siempre te picó el bichito de emprender y crees que no naciste para ello, anímate, intenta realizar tu sueño y si al final no resulta, no importa, te habrás sacado el clavo y además te sentirás bien de haberlo intentado.
Por eso, respiremos fuerte, tomemos impulso y emprendamos buenos negocios y una vida feliz.
Animarse. Asumir riesgos. Creer. Confiar. No entregarse. Sufrir. Gozar. Anhelar. Pelear. Hacer realidad los sueños. Autoconfianza. Pasión. Crisis. Oportunidad. Planificar. Apostar. Jugarse. Hacer posible lo imposible. Desafiar la rutina. Aprender. Adoptar el sí y desterrar el no. Perder. Ganar. Todo esto nos pasa en lo cotidiano desde que llegamos al mundo y hasta que nos vamos.
Feliz semana, felices emprendimientos, feliz vida para todos.