El descuento hiperbólico, el anclaje y el embarcamiento son algunos de los sesgos que nublan a los directivos, según explica Alex Salas Kirchhausen, profesor de Pacífico Business School de Lima.
La pandemia trajo consigo una realidad mucho más desafiante y sin precedentes que exige la continua toma de decisiones de gran importancia para la sostenibilidad de los negocios o el repunte hacia la recuperación económica. Esto representa una mayor presión para los directivos y propicia la caída en sesgos capaces negativos. Algunos de estos sesgos son:
1.Descuento hiperbólico. El directivo tiende a subvaluar los beneficios de acciones claves de largo plazo, prefiriendo adoptar decisiones de corto plazo. Esto deja de lado la previsión y debilita la sostenibilidad de la organización.
2. Anclaje.  Ante una situación, el directivo tiende a sobrevalorar las primeras informaciones que recibe llevándolo a apreciaciones y decisiones equivocadas, sin siquiera tomar en cuenta en la manera en la que se encuentra dicha información.
3. Status quo. El temor infundado a la pérdida o al sobrecosto hace que el directivo sobrevalore  la situación actual frente a una alternativa que represente mayores beneficios.
4. Costo hundido. Haber realizado una acción basada en una gran inversión en el pasado condiciona un excesivo optimismo para la continuidad de la misma, cuando hay otras alternativas que representan un mayor valor a futuro.
5.Enmarcamiento. El “cómo” se presenta un problema en relación a otras alternativas, probabilidades o consecuencias distorsionan la forma en que un directivo valora la situación y toma las decisiones.
Fuente: Pacífico Business School- LinkedIn