Por Guido R. Brítez Balzarini
Socio Gerente de Sunergos
Una práctica organizacional muy útil es entrevistar a empleados renunciantes antes de abandonar la organización. La entrevista de salida es una excelente oportunidad para verificar las fortalezas y debilidades de la organización, para reunir información del mercado laboral y es un acto de cortesía con el empleado saliente. Es de gran utilidad para aquellas organizaciones que se esmeran en cuidar la retención y fidelización de sus empleados, ya que la información recolectada es para beneficio directo de los empleados que permanecen.
Si el empleado renunciante no es entrevistado, muy posiblemente llevará consigo abundante información relacionada a factores que afectan la imagen de la organización, o que pueden impactar en el nivel de motivación, compromiso y sentido de pertenencia de los empleados. Cuando el empleado renunciante se siente ya fuera de la empresa, es posible que algunos sientan ganas de compartir sus experiencias como empleado.
Se recomienda que los entrevistadores sean los profesionales del área de Recursos Humanos y, en segunda instancia, el jefe mediato del empleado renunciante. Por razones obvias, no es conveniente que el jefe inmediato entreviste a sus propios empleados.
Los profesionales del área de recursos humanos generalmente están preparados para obtener información a través de entrevistas, tienen la capacidad para compilar resultados e identificar tendencias en toda la organización y finalmente presentarlas a la alta gerencia.
Beneficios de las entrevistas de salida:
1. Conocer los factores que “expulsan” a empleados de la organización
Son aquellos motivos por los cuales los empleados renuncian a la organización. En el fondo son debilidades que pueden ser utilizadas de manera positiva para encarar procesos de mejora organizacional, y típicamente se refieren a los estilos de liderazgo, el clima organizacional o la mirada de los empleados hacia los beneficios laborales que provee la organización.
Para averiguar los factores “expulsores”, no se trata de simplemente saber preguntar, sino especialmente saber escuchar cuando el renunciante habla de manera descuidada. Es posible que un cierto porcentaje de empleados renunciantes tema hablar de los “factores expulsores” por miedo a que en el futuro no se den buenas referencias sobre su persona, o para no tener problemas con algún jefe o compañero de trabajo.
Un buen entrevistador debe tener la capacidad de superar esas barreras y “sonsacar” esos verdaderos motivos “expulsores”.
Por otro lado, es importante que la organización realmente implemente la mayor parte de los cambios sugeridos en las entrevistas de salida de manera a lograr que las personas que podrían renunciar en el futuro tengan la voluntad de explayarse.
2. Conocer los factores que “atraen” a empleados hacia otras organizaciones
Cuando el empleado renunciante va a otra organización, es muy importante obtener detalles de la oferta que le hizo la otra empresa, ya que es muy útil para conocer aspectos importantes del mercado laboral tales como niveles salariales, beneficios y otras condiciones generales de contratación.
3. Es un acto de cortesía con el renunciante
Cuando un empleado ingresa a una organización, por lo general se le entrevista como gesto de bienvenida, y por qué no hacer lo mismo a su salida. Estos gestos ayudan a enaltecer la marca empleadora y fomentar las relaciones públicas.
Finalmente, el gran beneficio de la entrevista de salida es que se puede obtener de manera gratuita toda la información mencionada más arriba y que generalmente se obtienen vía encuestas o “focus groups” pagados.
En resumen, la entrevista de salida ayuda a recabar informaciones internas y externas a la organización desde la mirada de los renunciantes y es una excelente oportunidad para finalizar el relacionamiento laboral con tono positivo.