Angelo Palacios
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@angelopalacios
La mayoría de todas las dificultades financieras pasan por caer en uno, o aun peor, en todos estos errores que llevan por mal camino. Haciendo mención al título de esta columna, favor fíjense que la definición de “pecado” -palabra medio pasada de moda- consiste en “una falta contra la razón, la verdad y la conciencia recta”. A estas “faltas” se las pueden clasificar en 3 grupos para entender por qué afecta tanto también el tema financiero.
Primer grupo: Una persona que está en paz, no necesita gastar mucho para ser feliz. Esta falta de paz generalmente tiene su origen en un enojo o “ira” contra algo que pasó o que imaginamos que pasó. Esta ira, para los más introvertidos, a veces se disfraza de tristeza. Ambos son a raíz de la mayoría de malas decisiones en finanzas. En particular cuando rechazamos nuestra conexión original vital y caemos fácilmente en la “soberbia” de querer nosotros manejar absolutamente solos nuestra propia vida. Al intentar hacerlo, a todo hombre le resta solamente “asegurarse” sin medida de todo el dinero que pueda. Aunque suene paradójico, acumular por acumular no genera la paz mencionada al inicio.
Segundo grupo: Toda “soberbia” lleva a la “avaricia”, porque “hace falta dinero para mandar”. Este círculo vicioso tiende luego a llevarnos a la “envidia” y entramos en el segundo grupo de errores que tanto daño hace a la vida y de paso a las finanzas de esa persona. Una persona con envidia nunca está satisfecha. Si tiene G. 1 millón, quiere G. 2 millones, y esto ocurre independiente del tamaño porque similarmente el que tiene 1 millón de dólares quiere 2 millones de dólares. Y particularmente si el círculo de influencia es similar. Este es uno de los tantos sufrimientos por el cual atraviesan muchos jóvenes en colegios y universidades. Siempre comparándose. Pudiendo empezar a ahorrar o ayudar, empeñan mucho de lo que tienen en ponerse al día con la mejor tecnología u otras cosas.
Así, el tercer y último grupo de estas faltas a la conciencia, a la razón y a verdad, vienen luego enlazadas con la “lujuria, la gula y la pereza”. Y cuando me refiero a estos 3, no me refiero solamente a sus clásicos apelativos, sino que tiene que ver con el hecho de darse el gusto en todo; en ropas, en juegos, en todo exceso, y dejo a la imaginación del lector lo que ese todo puede ser. Esto siempre sale muy caro. Si no se tiene el dinero necesario uno cae en deudas, y si uno tiene de inicio el dinero suficiente, va rumbo a usar casi todo lo que tiene. Los colegas que atienden empresas familiares, siempre dicen que existe una fuerte tendencia a tener “Abuelos empresarios, hijos ricos, pero nietos en quiebra”, muchas veces por culpa de este combo de 3, empezando especialmente por la “pereza” de disfrutar del fruto de esfuerzos anteriores sin prever la nueva generación de riqueza y valor.
Concluyendo al igual que el mes pasado, vemos que tendremos todo lo contrario con las 7 virtudes de las que hablaremos más adelante. Pero hoy quedémonos al menos con la primera: “La Generosidad”. Seamos astutos en el uso de lo poco -el dinero-, y hagamos siempre el mejor uso del mismo -compartamos según consideremos- para que nunca nos falte lo más importante. Curiosamente, el dinero y la paz crecen en la medida que hacemos el bien con él.