Por Marcelo Codas Frontanilla
En Twitter: @CodasMarcelo
Una cuestión que parece muy fácil de comprender, desde el aspecto lógico, pero que cuando las emociones entran a tallar se vuelve muy difícil es la relativa a los roles en la empresa familiar. La unión de la familia y la empresa genera diferentes roles que corresponden, fundamentalmente, a los siguientes ámbitos: familia, propiedad, dirección y ejecución. El único lugar en donde están todos los miembros es la familia, a la que acceden por razones de sangre o de afinidad, según sean parientes de sangre o políticos.
En cambio, los miembros de la familia pueden o no formar parte de los demás ámbitos. Y así, estará en la propiedad, si es accionista o dueño de un bien; en la dirección, si es miembro del Directorio de una sociedad anónima, o en la ejecución, si presta servicios a la empresa.
Como se ve, el simple hecho de ser miembro de una familia no habilita a una persona a formar parte de los otros ámbitos, pues existen otros requisitos para ello.
Y es este punto el que suele ser la mayor fuente de confusiones y conflictos, ya que a menudo los miembros de una familia creen que tal carácter les genera per se derechos en la propiedad, la dirección y la ejecución.
Hace un tiempo, trabajando con una familia, tuve una reunión con uno de los hijos, quien hizo reiterada alusión a «nuestra empresa». En un momento dado, le consulté si era accionista y me dijo «por supuesto». Le reiteré la pregunta en dos ocasiones, hasta que ya con cierto fastidio me respondió: «Pero ya te dije más de una vez que soy accionista, cómo es que no lo entiendes».
Entonces le pregunté: «¿Tu sabes qué es ser accionista?», a lo que siguió un largo silencio. Para facilitar la situación le consulté: «¿Tú tienes las acciones?». Y él me dijo: «Ah, las acciones, en realidad, las tienen mis padres y bien guardadas en la caja fuerte de la casa».
Esta breve conversación demuestra la confusión en que muchas veces caen los familiares, que, si no es debidamente tratada y administrada traerá consecuencias muy negativas para la vida familiar y empresarial.
En consecuencia, es muy importante tocar y analizar estos temas con los miembros de la familia con el fin de determinar con claridad los roles de cada uno en la empresa familiar. Una vez definidos los roles, se podrán determinar con mucha mayor facilidad los derechos y obligaciones de cada uno, lo cual evitará muchos conflictos