Por Ángelo Palacios
Twitter: @angelopalacios
Esta frase atribuida a GM Bosco en 1850 sigue siempre tan vigente y tan actual. Sabemos que el dinero representa “seguridad”. Todos los políticos del mundo prometen esto, sin excepción: Reducción de la pobreza, mejor salud pública, más trabajo, mejor educación pública, seguridad en las calles y justicia social.
Todos los países siempre debaten como se gastará el Presupuesto de la Nación, que es la forma en que los gobiernos elegidos acuerdan cómo gastar en favor de la población, en teoría, todo lo recaudado en impuestos. El buen uso del dinero es clave.
Un primer buen uso es claramente el “compartir”. Independiente de tu actual situación económica, siempre habrá alguien que necesita más que vos. Dicen que el dinero es como la leche materna, cuanto más se da, más se tiene. Sin dudas, la clave del éxito con el dinero pasa por estar seguro de que no todo termina aquí. De lo contrario el único camino –muy estresante por cierto- es acumular, acumular y no compartir absolutamente nada. Entender que no todo termina aquí libera y compartiendo con los demás las cosas curiosamente se multiplican.
Luego de compartir periódicamente, lo cual nos enseñan que debe ser siempre en secreto, se debe construir un “Fondo de Emergencia”. Un importe que sea equivalente al menos a 3 a 6 meses de tu actual ingreso, lo ideal es tener el equivalente a un año ante un eventual desempleo o falta de ventas. Y así, si en esta situación sanitaria logramos conseguir un trabajo o lograr que nuestras empresas sigan prosperando, naturalmente ir construyendo un fondo que luego permita la jubilación o unos ahorros según el nivel que uno desee alcanzar.
No dejar de buscar los préstamos puente hasta que pase la actual situación o buscar nuevas alianzas. Y finalmente, un tercer buen uso: “Invertir en vos mismo”, tu capacitación, tu salud, tu alimentación, tus relaciones. Recordar que vos sos tu principal activo. Luego de haber pasado por los primeros dos usos inteligentes (compartir y crear tu fondo de emergencia), sin dudas debemos invertir en capacitarnos y mejorar en aquello en que somos realmente buenos. Eso tiende a generar nuevamente muchos frutos. Y así, con estos bienes, trabajar como si todo dependiese de nosotros, pero sabiendo que realmente todo depende de Dios, aportando nuestro esfuerzo para brindar un servicio o producto que la gente esté dispuesta a pagar.
El trabajo genera dignidad, autoestima, e ingresos. Si hemos perdido actualmente el empleo, consideremos la búsqueda de reubicación como nuestro “trabajo” actual. Si es tu caso, mucha fuerza. A cada uno de nosotros se nos ha confiado unos dones, unos talentos, todos somos buenos en algo, somos irrepetibles en algo, no hay nadie que pueda hacer algo como nosotros lo hacemos. Este punto esta reforzado por la teoría de las inteligencias múltiples. Nuestra misión es descubrirlos y crecer en ellos para que se multipliquen. Descubrir el propio talento, trabajarlo y ponerlo al servicio redundará sin falta en beneficios.
Finalmente, siempre hay algo por lo cual agradecer. Dar gracias, tanto en la prosperidad como en la escasez. Dar las gracias es siempre fuente de cosas aún mejores y trae mucho descanso. Si tenemos que enfrentar una situación económica que parece sin solución pidamos ayuda, tanto aquí a los que nos rodean y como también arriba para los que creemos en algo superior. Garantizado que la salida al problema que nos agobia aparecerá. Concluyendo, seamos astutos en lo poco (el dinero), y hagamos buen uso del mismo (compartamos según consideremos) para que nunca nos falte lo más importante. Este dinero crece sanamente en la medida que hacemos el bien con él