La carrera internacional por la vacuna que ponga fin a la pandemia del Coronavirus tiene uno de sus capítulos en Brasil, país en el que más de 3,3 millones de personas dieron positivo a la prueba del Covid y que ha registrado más de 108 mil fallecidos.
Debido a un contagio masivo en este país sudamericano y a que cuentan con una gran reserva de especialistas en inmunización, una infraestructura robusta de manufactura médica y miles de voluntarios para realizar pruebas clínicas, Brasil, ha surgido como un jugador potencialmente vital en la carrera global para hallar una cura definitiva a la enfermedad que puesto al mundo de rodillas.
De acuerdo al informe de la OMS, tres de las investigaciones de vacunas más prometedoras y avanzadas en el mundo cuentan con científicos y voluntarios en Brasil, de allí que se anhela que pronto se pueda lograr un resultado que de esperanzas a la comunidad científica y de la salud.
La vacuna de Oxford, como se la conoce, está siendo probada en 9.000 brasileños mediante un acuerdo con la Universidad Federal de Sao Paulo y el Ministerio de Salud, y para la cual el presidente Jair Bolsonaro liberó unos US$ 367 millones con el objetivo de producirla en el centro laboratorial público Fiocruz.
La china Sinovac está siendo probada en el Instituto Butantan, mayor fábrica de vacunas pública de América Latina, con un convenio con el estado de Sao Paulo y según las autoridades puede estar lista para enero de 2021.
Por su parte, el estado de Paraná, fronterizo con Misiones, firmó un memorándum de entendimiento con Rusia para desarrollar la vacuna anunciada por el presidente Vladimir Putin, pero que en Brasil debe pasar por una serie de ensayos en humanos en lo que es su fase 3, una vez que lo autorice la Anvisa.