Apoyo Escolar Paraguay apunta a reforzar los conocimientos en matemáticas, comprensión lectora y escritura, y ampliar la visión de un crecimiento profesional y personal de niños y niñas en situación de vulnerabilidad.
La voluntad de contribuir al desarrollo académico de niños y niñas residentes en asentamientos para que estos puedan aspirar a un futuro prometedor y sean agentes de cambio, es el motor que mueve a más de 100 voluntarios que dedican su tiempo a reforzar el aprendizaje de un poco más de 200 estudiantes de la escolar básica, a través de la organización Apoyo Escolar Paraguay.
Aunque la rápida expansión del coronavirus los obligó a suspender las clases presenciales, la voluntad de contribuir con el aprendizaje de estos niños fue más fuerte y se han valido de las bondades de la tecnología para llegar hasta los hogares de cada familia a través del WhatsApp.
Los profesores voluntarios hacen gala de la creatividad para ofrecer videos explicativos, fotos, imágenes o PDFs para que los estudiantes comprendan mejor las lecciones. Las clases se realizan dos veces por semana, con encuentros de 30 a 45 minutos y en los días convenidos según la disponibilidad de tiempo y recursos (celulares) de las familias.
Apoyo Escolar Paraguay nació hace siete años como un programa promovido por Techo Paraguay con el objetivo de fomentar el interés por el desarrollo de la capacidad intelectual, moral y afectiva de niños provenientes de sociedades vulnerables. Sin embargo, desde hace cuatro años se convirtió en una organización autónoma liderada por los profesores voluntarios.
“Los profes tomamos la posta e hicimos una organización independiente porque estamos preocupados por la calidad de la educación en el país y la deserción escolar. Entonces, decidimos dar nuestro granito de arena”, comentó Alethia Duisberg representante de la organización.
El proceso de autonomía no fue fácil, ya que perdieron el respaldo de voluntarios que les proveía Techo. Durante el 2017, el plantel de profesores estaba conformado por solo 5 personas y las clases se desarrollaban cada 15 días. Pero motivados por la alegría, el deseo de estudiar –incluso en fin de semana- y las ganas de algún día ser un profesional trasmitidas por cada niño que asistía a clases, estos profesores no desistieron y lanzaron nuevas convocatorias de voluntarios, que gracias al alcance masivo de las redes sociales tuvieron éxito. Es así que año a año la cantidad de profes va en aumento.
“Pasamos de ser cinco profes a estar entre 10 a 15 en el 2018 y en el 2019 ya fuimos 70, mientras que este año estamos 120 profes”, detalló. Asimismo, indicó que el crecimiento también se da en la cantidad de personas que colaboran, ya sea económicamente o con donaciones de útiles y mobiliario, y en la constitución oficial como una organización civil sin fines de lucro.
“Este año logramos tener nuestra propia oficina y establecimos alianza con el programa AIESEC Paraguay, a través del cual vendrán voluntarios de distintas partes del mundo que contribuirán con proyectos para Apoyo Escolar”, agregó.
Impacto. La organización normalmente brinda clases de refuerzo, en las disciplinas de matemáticas y literatura los días sábado de 14:30 a 17:00 en el asentamiento Divino Niño y los domingos de 09:00 a 11:30 en el asentamiento
San Cayetano. En promedio son 200 estudiantes que asisten a las áreas comunitarias donde se desarrollan las clases. Además, el equipo de Apoyo Escolar ha logrado sumar un asentamiento más al plan de enseñanza.
“Enseñamos en el patio porque nuestro espacio es el área comunitaria que dispone una de las viviendas de emergencia construidas por Techo. Entonces, sacamos nuestras sillitas y mesitas en el patio para separar los grupos y enseñar”, explicó Alethia.
Desde este año, los profes enseñan a estudiantes de los cursos de jardín hasta el noveno grado con quienes se busca reforzar los conocimientos en matemáticas, comprensión lectora y escritura. Como la formación va más allá de los conocimientos académicos, el grupo de voluntarios también realiza actividades para enseñar higiene personal y bucal, arte, música, baile, juegos de mesa, entre otros. Además, se realizan celebraciones como el día del niño o San Juan.
“Anteriormente, enseñábamos hasta el sexto grado, pero decidimos aumentar porque el mayor índice de eserción escolar se da entre los 12 y 13 años, entonces intentamos hacer un seguimiento de manera a reducir ese índice entre los estudiantes de estos asentamientos ̈, indicó.
Actualmente la organización trabaja con 110 voluntarios activos, los que enseñan cada fin de semana y otro grupo menos activo, conformado por quienes colaboran en la medida a su disponibilidad. Las clases son impartidas en los asentamientos Divino Niño, San Cayetano y Santa Rosa.
Como Apoyo Escolar provee de lo necesario para las clases (sillas, mesitas, útiles, pizarras, entre otros), están abiertos a recibir donaciones y forjar nuevas alianzas que les permitan seguir creciendo y alcanzando a más niños y niñas.
Para quienes quieran contribuir con la iniciativa, ya sea como voluntarios o con donaciones, pueden comunicarse a través de las redes sociales de Apoyo Escolar.
Respuesta al covid-19. Atendiendo a la situación de mayor vulnerabilidad que vivieron las familias provenientes de estos asentamientos- además de las clases de refuerzo- Apoyo Escolar realizó una serie de colectas para donar kits de alimentos que fueron entregados a los alumnos y sus familias, y permitieron
la realizaron de ollas populares; entre otras iniciativas de capacitación para los voluntarios y la ciudadanía en general.
Para contactar
Redes sociales: @apoyoescolar_py Correo electrónico: aescolar19@
gmail.com Teléfono: (0983) 601-103