Guido R. Brítez Balzarini
Socio Gerente de Sunergos.
La entrevista de selección de personal está muy lejos de ser un evento en el cual el entrevistador pasivamente toma nota de lo que responde el candidato. En realidad, el rol del entrevistador se asemeja más a un detective que subrepticiamente “detecta” o identifica información relevante, y no simplemente escucha y toma nota. Su rol es mucho más profundo y activo.
En realidad, su trabajo consiste en gradualmente sonsacar información para formarse una opinión de las aptitudes y actitudes del candidato/a, haciendo preguntas direccionadas hacia los tipos de respuestas que le permitan con facilidad “construir” una opinión. Para el efecto es necesario evitar las preguntas hipotéticas (¿“qué harías si…?) y realizar preguntas que se orienten a conocer hechos reales vividos por el candidato en el pasado.
Al hablar de hechos reales disminuye drásticamente la posibilidad que la persona mienta, ya que todo lo que dice debe “cuadrar”, y es difícil sobre la marcha inventar respuestas a las preguntas siguientes de profundización, por ejemplo, ¿qué te hizo pensar que X era el mejor curso de acción en el ejemplo que mencionaste? A las personas se les conoce por lo que han hecho y por lo que piensan sobre lo que han hecho. Hablar de hechos reales permite conocer más rápido la manera de pensar y actuar del candidato, información que a su vez puede ser utilizada como trampolín para conocerlo de manera más profunda, por ejemplo, su manera de ver el mundo, sus valores y actitudes.
Otro aspecto singular del rol del entrevistador es la necesidad de aceptar que, aunque “tiene el comando de la entrevista, no conoce hacia donde conducirla”, especialmente en el inicio y hacia la mitad de la entrevista, ya que la dirección del dialogo debe estar orientada por las pistas que brinde el candidato durante el dialogo. Por lo tanto, es clave su capacidad para escuchar con atención las pistas que revela el candidato en sus respuestas. El entrevistador debe tener un plan de preguntas, pero no es recomendable “apegarse” a esas preguntas, y concentrarse más bien en aquellos temas que sonsaca durante la entrevista, aquellos que llaman la atención y merecen seguimiento.
En resumen, el rol del entrevistador es mejor comprendido al internalizar los siguientes conceptos:
a. Formarse o construirse o una opinión El verbo “construir” implica un “proceso” o movimiento, un desarrollo o sucesión de eventos. El entrevistador tiene que encarar la entrevista como un proceso en el que se expone a información, declaraciones, interpretaciones, opiniones, señales corporales y puntos de vistas del candidato. De esa exposición tiene que sacar sus conclusiones, así que cuanto de más calidad sea esa exposición, tanto mejor.
b. Sonsacar información “Sonsacar” implica esforzarse en extraer del dialogo información relevante. El diccionario lo define como “Lograr con habilidad que una persona diga algo que sabe y prefiere ocultar”. Ese es el trabajo del entrevistador, “sonsacar información” que “no viene lista para ser usada”, sino que debe ser evaluada y conectada con otras ideas expresadas en la entrevista.
c. Proceso “objetivo” con final “subjetivo” Es útil visualizar la entrevista de selección como el resultado de la exposición a un “rosario” de “informaciones objetivas” (referencias, tests, personalidad) sin embargo la decisión final debe siempre ser “subjetiva”. Al entrevistador se le paga, para que en representación de la organización combine las informaciones objetivas con su juicio personal para asegurar que habrá sintonía entre las características del candidato, el éxito en el puesto y que encaje con la cultura organizacional. Por tanto, la intuición o “sexto sentido” del entrevistador es clave. En resumen, el rol del entrevistador en el proceso de selección es bastante activo, mucho más parecido a un detective, antes que alguien que “redacta un acta” y solamente transcribe lo que el interlocutor expresa.