Los elevados gastos del Estado ante la crisis sanitaria generada por el Covid-19 y sus efectos en la economía nacional hicieron que el balance operativo neto de sus cuentas a abril fuera negativo de G 2.426,1 mil millones, sin incluir la inversión, con lo que el déficit fiscal acumulado es de Gs.4.320,3 mil millones, representando ya el 1,8% del PIB al cuarto mes del año, según el análisis realizado por la consultora Mentu.
Este resultado se da por los efectos en doble vía de la crisis. Por un lado, las medidas de contención condujeron a una merma acumulada de 15,4% en los ingresos totales del Estado, debido a la menor actividad y las prórrogas de los vencimientos de los tributos. Por el otro, los gastos totales aumentaron 12,7%, destacándose el aumento de 54,2% en las prestaciones sociales, debido en parte a los desembolsos realizados a través de los programas Ñangarekó y Pytyvo.
En este escenario, otro rubro con un salto importante fue el de los intereses que varió 34,6%, reflejando el aumento de la deuda que se ha dado en los últimos años. De esta manera, el casi nulo ahorro fiscal conduce a que, ante crisis, se deba recurrir a más deuda pudiendo comprometer la sostenibilidad de la misma.