Impulsar una renovada modalidad de gestión y dotar a la institución de herramientas tecnológicas y mayor profesionalismo son los objetivos que persigue el nuevo presidente del Instituto Nacional de Cooperativismo.
Convencido de que el Instituto Nacional de Cooperativismo (Incoop) debe mejorar la imagen que proyecta en el mercado y ser un aliado eficiente para el desarrollo del sector, Pedro Löblin se ha trazado ambiciosas metas para su gestión que implica un cambio de timón dentro de cada uno de los niveles de la institución.
¿Cuál es el mayor reto que enfrenta esta nueva administración?
Fortalecer el Incoop y hacer que cumpla su rol regulador, constituyen los mayores desafíos de esta nueva gestión. Esto quiere decir, realizar el control a las cooperativas y que ese control sirva para potenciar e impulsar al sector.
En este sentido, nos proponemos un control más oportuno y rápido, donde los resultados lleguen a las cooperativas en tiempo y forma. Es necesario optimizar los procesos, ya que actualmente demoran mucho. De los controles que se realizan hoy, sus resultados son remitidos entre cinco u ocho meses y eso ya es a destiempo.
¿Esto representará una reestructuración interna?
Más que una reestructuración, lo llamo un cambio en el estilo de gestión. Lo que percibí desde que asumí la presidencia es que hay un trabajo descoordinado entre las distintas direcciones. Los líderes de cada departamento deben trabajar de manera conjunta entendiendo que el buen funcionamiento de una dirección es importante para que la otra también cumpla con su rol.
En este sentido, quiero implementar el pensamiento de que se pueda pasar de ser director a gerente; que exista un gerenciamiento en las distintas direcciones y armar un equipo de alta dirección que trabaje de forma coordinada.
Con relación al talento humano, ¿qué medidas se adoptarán?
El objetivo es lograr el mayor profesionalismo de nuestro capital humano. Impulsaremos programas de capacitación para los funcionarios de todas las áreas.
En este proceso de fortalecimiento del Incoop, es importante entender que llevará su tiempo porque tendremos que contar con la competencia de formación y capacitación tanto interna como externa. Ser capaces de transmitir conocimientos y capacitar a los técnicos de las cooperativas de tal manera a que estos comprendan más y estén preparados con un dominio profundo de las normativas, que les permita cumplir mejor con sus obligaciones. También existe un rol formador que está débil dentro del Incoop.
¿Qué papel juegan las herramientas tecnológicas dentro de este plan?
Uno muy importante. Si queremos ser oportuno con nuestros procesos, tenemos que contar con el acompañamiento tecnológico, que actualmente no hay. De nada sirve pedir información y que las cooperativas envíen en tiempo y forma cuando aquí no existe la capacidad interna para procesar esa información y sacar un diagnóstico, análisis e informaciones rápidamente. Lo mismo sucede con las regulaciones.
Trabajaremos fuertemente en la implementación de herramientas tecnológicas que contribuyan a optimizar procesos y hacer más accesible la información que dispone el Incoop.
¿Cuál será el proceder en cuanto a las normativas que atañen a las cooperativas?
También buscaremos un feedback permanente con las cooperativas para conocer la realidad de las mismas y juntos identificar cómo ir adecuando las normativas de manera a que se ajusten a los cambios de mercado y las necesidades de las mismas.
¿Existe la posibilidad de que, en futuro próximo, el BCP asuma la regulación de este sector?
Creo que no, al menos por el momento. Acompañé el proceso de creación del Incoop –que nace precisamente a consecuencia de esa amenaza– para demostrar que no es necesaria la intervención de otra entidad. Pero, para que esta amenaza no sea una realidad depende de nosotros, de hacer que esto funcione de tal manera a dejar claro el mensaje de que somos capaces de regular bien al sector.
Además, si se pone en consideración que el sistema cooperativo es complejo y se requiere de un conocimiento profundo acompañado de habilidades del talento humano, para el Estado resulta más económico y eficiente potenciar esta institución.
En este escenario, ¿qué esperan del Estado?
Esperamos que nos brinden mayores recursos que acompañen la gestión que estamos proponiendo. Para esto demostraremos que se puede hacer un buen trabajo, pero también requerimos de tecnologías apropiadas, pues estamos muy débiles en esta área, tanto en herramientas como en recursos humanos capacitados.
¿Algún otro eje que buscan fortalecer?
Otro eje de la gestión es profesionalizar y especializar por tipos de cooperativas. Como es sabido, las cooperativas se clasifican en tres sectores. Tenemos las cooperativas de Ahorro y Crédito, de Producción y Otros Tipos. Debemos contar con personal que entienda cómo funciona cada una de ellas, en especial esta última que vuelve a subdividirse. Por ejemplo, una cooperativa de trabajo tiene particularidades muy diferentes a la de una vivienda.
Con la mirada en retrospectiva, ¿cómo le fue al sector en general durante el 2019?
Aún no contamos con datos oficiales, este mes tendremos los resultados, pero en línea general y de acuerdo a datos preliminares –a pesar de que fue un año muy difícil– no tuvimos muchos cambios.
La variación en crecimiento de activos, morosidad y colocación de créditos mantiene niveles similares a los registrados en el 2018. El primer semestre fue muy complicado, entre julio y agosto se tuvo altas y bajas, pero para el último cuatrimestre del año se repuntó.
Las primeras señales son positivas, en general se cerraría como un año de resultados positivos, se nota una mayor confianza en las cooperativas lo que se traduce en mejores excedentes y resultados que el 2018. Con relación a la cantidad de socios, se mantendrá el nivel de crecimiento del año anterior y se superará los 1.800.000 socios. En este contexto, se mantiene una tendencia de crecimiento en torno al 15% durante los últimos tres años.
¿Existe mayor cultura de ahorro en el país?Se fortaleció la capacidad de ahorro. Es importante destacar que hubo un crecimiento considerable en captación de ahorro, lo que demuestra la confianza en la cooperativas, pero esta situación trajo consigo algunos inconvenientes. Y es que no es bueno que las cooperativas capten mucho y no coloquen, pues de ahí deviene un exceso de liquidez, lo que tiene su costo financiero. Si bien representa un crecimiento en el volumen de capital, también hay que fortalecer la colocación para compensar la alta liquidez.
Otro aspecto a resaltar es que se movió mucho dentro del mismo sector, por lo que no se debe recurrir a créditos externos para poder cumplir con las necesidades de crédito, como se hacía anteriormente. Además, tanto en capital integrado de socios como en aportaciones se observa un crecimiento interesante.
Dentro del segmento de tarjetas de crédito, ¿cómo fue el movimiento?
Esperamos resultados del año pasado para compararlos con los del 2018 que fue en baja. En este aspecto, vemos que se requiere de mejores estrategias de colocación del producto. Sin embargo, es algo positivo el que cada vez más cooperativas incursionen en la utilización de pagos electrónicos, tanto de tarjetas como otros medios. Por esta razón creo que, a futuro, va a crecer la cartera dentro del sector en general.
Y la cobertura a nivel país, ¿cómo la evaluaría?
Por la recepción de solicitudes, observamos que hay permanente dinamismo y fortalecimiento de cooperativas asentadas en el interior. Hay un crecimiento importante en localidades como Alto Paraná e Itapúa, entre otros. Sin embargo, tenemos que salir más, porque casi el 50% de las cooperativas se concentra en Central. En zonas como el norte –Concepción, San Pedro, Pedro Juan entre otras– existen debilidades, pues la presencia es muy baja.
Y para este 2020, ¿cuáles son las expectativas?La proyección es muy buena para el 2020. Sin embargo, hay que esperar que pase el primer trimestre para ver cómo se comporta el mercado. De momento hay señales positivas.
¿Por qué la gente debe confiar en las cooperativas?Porque en ellas encontrará mayores servicios para acompañar sus necesidades. Las cooperativas cuentan con beneficios más allá del apoyo económico, entiéndase el otorgamiento de créditos y posibilidad de ahorro. Además, uno como socio puede formar parte de esta propuesta, que busca generar y mejorar servicios que respondan a problemas en común para personas en común.
Un mensaje final.
Invitar a todas las cooperativas a unirse a esta propuesta de fortalecimiento, entender que el Incoop es importante y que necesita del trabajo mutuo. Asimismo, que tengan la mente abierta y estén predispuestas al trabajo en conjunto.
Perfil
• Presidente del Instituto Nacional de Cooperativismo
• 40 años de servicio dentro del sector cooperativo
• Presidente de la Cooperativa Mercado 4 Ltda.
• Fue presidente de la Central de Cooperativas Ltda.
• Fue miembro del Consejo Directivo del Incoop