Las constantes coyunturas económicas, mermas en las ventas y renovación de las reglas de juego del mercado suelen ser factores que obligan a tomar maniobras peligrosas para los negocios, y sin percibirlo, los ingresos son menores, las deudas crecen y se debe recurrir a las negociaciones de facilidades de pago con los proveedores, lo que convierte al negocio en zombi. Es decir, no termina de morir, pero su sobrevivencia está costando mucho.
En este escenario, nos hacemos eco del material publicado por la revista Emprendedores, donde expone las principales señales de cuando el negocio se ha convertido en un zombi.
  • Las ventas están estancadas.
  • Refinanciaciones sin fin. Las deudas de tu empresa se comen los beneficios.
  • La rentabilidad, una quimera. Ejercicio tras ejercicio no consigues que los ingresos superen los gastos.
  • Te has convertido en un moroso profesional.
  • No tienes planes de innovación ni de inversión.
  • Ya no tienes una visión de negocio sino solo una obsesión, sobrevivir, cueste lo que cueste.