Con la idea de que Paraguay debería ser el Silicon Valley de Latinoamérica un equipo de visionarios emprendedores se propuso enseñar programación, traer las últimas tecnologías y cambiar el paradigma de la educación para potenciar el desarrollo del país.
Penguin Academy empezó con dos alumnos de la Universidad de St. Gallen en Suiza, cuando Björn Schmidtke y Bryan Giger enseñaban programación en los summer schools. Tras pasar por China y Filipinas, con resultados menos prometedores de los deseados, pusieron la mira en Paraguay para traer la codificación como una escuela de pensamiento.
Arribaron al país para participar de un evento para emprendedores y gracias a esa experiencia se percataron de que estaba bastante atrasado en la adopción de tecnología, pero a la vez, se dieron cuenta de que tenía el potencial para convertirse en un hub tecnológico de la región. Esto debido a la ubicación geográfica envidiable que posee, según relató Delia Garcete, gerente país de Penguin Academy.
14 días,122 horas y 25 personas. Estas fueron las cifras que dieron inicio a las actividades de la organización, con el primer Bootcamp realizado en Paraguay. Penguin arrancó oficialmente en enero de este año con la propuesta de “Codificación Bootcamp” que consistía en un entrenamiento intensivo acerca de los principios de programación con una duración de dos semanas. Delia recuerda que la primera convocatoria cerró con 300 inscriptos lo que demostró un interés muy grande por parte de las personas.
Además detalló que el campamento es totalmente gratuito, abierto a todo público con cupo para 25 personas sin distinción de estudio, profesión, género o residencia. En el lugar disponen del “Penguin House” donde son alojados los participantes provenientes del interior del país. También cubre el coffee break y almuerzo, de manera a que el estudiante se concentre exclusivamente en aprender.
Durante dos semanas de entrenamiento, se enseñan los principios de programación con Python, desarrollo web, robótica e internet de las cosas. “Una vez que brindamos los fundamentos -durante 9 días- en los últimos 3 días se realiza un Hackathon donde los participantes deben crear un proyecto utilizando todos los conocimientos adquiridos”, agregó. Y emocionada al evocar los resultados, destaca que de esta actividad salieron proyectos increíbles y de la mano de personas que no tenían ni el más mínimo conocimiento en codificación.
La duda en torno a si es posible que cualquier persona aprenda a programar en solo 9 días también se insertó en parte del equipo de docentes que se encontraba reticente a la idea, pero eso no los detuvo, se arriesgaron a intentarlo y los resultados han demostrado que es posible lograrlo. Tras el éxito del primer campamento, Penguin lleva otros tres más en su haber. A lo largo del año han realizado 4 bootcamps, formado a 100 personas e impactado en más de 1.000 personas.
¿Por qué escuela de pensamiento? Cada integrante de la organización ve en la adopción de la tecnología la oportunidad de que las personas sean sus propios profesores, persigan un desarrollo personal y profesional de impacto para sí mismos y para sus comunidades. “Estamos convencidos de que más allá de enseñar programación, es cambiar la forma de pensar de las personas. Un camino para salir del modelo de que el profesor tenía todas las respuestas para que ahora el alumno pueda encontrar sus propias respuestas a través de la tecnología”, explicó.
Asimismo, hizo hincapié en que el modelo de educación se reinventa constantemente; todos los días hay algo nuevo. Entonces, ya nadie tiene el conocimiento absoluto de todo, y la mayor fuente de información es internet.
“Nosotros despertamos esa chispa que los motiva a seguir aprendiendo por uno mismo. Lo que después tiene un efecto multiplicador, porque las personas lo pueden aplicar en su compañía, su emprendimiento, su familia y su comunidad”, añadió.
Además de los bootcamps, ofrecen workshops acerca de inteligencia artificial, machine learning y neural networks que son las tecnologías de vanguardia. La apuesta por una educación integral también los llevó a forjar varias alianzas con empresas y organizaciones para complementar sus enseñanzas y generar oportunidades de práctica laboral para sus estudiantes. Actualmente cuenta con un total de 10 alianzas.
Algunas de ellas son con Paraguay Educa, que les permite llevar campamentos, cursos y talleres de programación a niños; Aratiri con quienes realizarán cursos que combinan programación con impresión 3D; Aula-Startup con quienes formarán en programación aplicada a las habilidades blandas; Codium SA que brinda espacios para que los estudiantes que han pasado por Penguin realicen pasantías, el Servicio Nacional de Promoción Profesional (SNPP) para la promoción de la Educación Tecnológica en términos de conocimiento y oportunidades. “Cada vez que nos vamos asociando con alguna empresa u organización iniciamos cursos para complementarnos y así llevar conocimiento y tecnología de vanguardia a todos”, aseveró.
En este escenario explicó que a través de estas iniciativas también buscan generar un impacto económico para las personas y empresas. Y esto lo hacen trabajando en tres niveles de educación digital: la creación de más desarrolladores paraguayos, la digitalización de procesos en las compañías, y la formación digital de los ejecutivos líderes en las empresas. Este último para que todos puedan comunicarse con programadores e identificar las maneras en que se pueden impulsar al máximo los departamentos.
A nivel país, pretenden generar un cambio de mentalidad en el que los sectores económicos utilicen la tecnología para optimizar procesos, suprimir procedimientos que son dañinos para el medioambiente y la sociedad e impulsar el crecimiento y desarrollo.
Tres ramas. La organización busca potenciar 3 ramas: Bootcamps, Penguin Lab y una escuela de programación. El laboratorio es el software factory de Penguin; ya se encuentra en línea y se espera en un futuro se convierta en una incubadora de proyectos, donde los alumnos interactúen con proyectos reales y pongan en práctica sus conocimientos. La apertura de la escuela está prevista para junio del año que viene, se tratará de una escuela de codificación con un programa de estudio que durará tres años y con un costo mínimo para solventar los gastos. Los planes a futuro también incluyen la instalación de más “Penguin Houses” en otros puntos del país.
Tech Hub. Con relación a la comunidad tecnológica en el país, comentó que no hay frente fuerte. Por esta razón, quieren que Penguin sea “la zona cero” en Paraguay, que actué como un Tech Hub para los desarrolladores y programadores. Además, de ser una ventana hacia oportunidades en el exterior. En agosto pasado, cuatro de los integrantes: Marcelo Elizeche Landó, Yumi Kikuchi, Amanda Marecos y Charlie Patiño actuaron de mentores para un grupo de jóvenes estudiantes de la University of St. Gallen, en Suiza.
Para contactar
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