Guido R. Brítez Balzarini
Socio Gerente de Sunergos
Todo gerente tiene múltiples responsabilidades operativas y estratégicas según su área de actuación, sin embargo, puede ser que no se dé cuenta de que, además de aquellas, tiene a su cargo responsabilidades que podrían ser catalogadas como “obligaciones morales” o “invisibles”. Pueden ser varias, pero aquí me refiero a las cuatro siguientes que considero las más importantes:
1. El clima laboral de su área de actuación.
Se refiere al ambiente en el que se desarrollan las tareas. Es algo que no se ve o no se puede tocar, pero “se lo siente”, especialmente por su impacto en la moral o nivel de motivación de las personas del área. El clima laboral es de responsabilidad exclusiva del líder a cargo del área, no del Departamento de Recursos Humanos. De acuerdo a varias investigaciones, más del 50% del clima organizacional tiene una correlación directa con el estilo de liderazgo imperante en el área. Es decir, el gerente debe ser responsable no solo de llegar a los resultados, sino también de crear un ambiente de trabajo armonioso y pleno de confianza mutua que permita a sus colaboradores desarrollar todo su potencial en favor de sí mismos y de la organización.
2. La salud física y psicológica de sus colaboradores.
Hasta cierto punto, la calidad de vida de los colaboradores está en manos del líder. Ocurre que varios estudios realizados en países del primer mundo relacionan al estilo de liderazgo con la salud física y psicológica de los empleados. Un estudio sueco realizado con una muestra de 3.000 personas entre 1992 y 1995, aparecido en la Revista Medicina Laboral y Ambiental, reveló que los colaboradores que consideraban que sus jefes eran injustos, arbitrarios, desconsiderados, y en general, con pocas habilidades de liderazgo, están más expuestos al estrés y el aumento del riesgo de un ataque cardiaco. Cuanto más competentes consideraban los colaboradores a sus gerentes, menor era el riesgo de problemas cardiacos serios.
En la misma investigación, se reveló que la relación entre el liderazgo percibido por los colaboradores y el riesgo de problemas cardiacos graves aumentaba cuanto más tiempo llevaba el empleado en la misma empresa, lo cual sugiere que el estrés causado por un mal jefe podría aumentar con el tiempo. En resumen, un mal gerente puede ser perjudicial para la salud y hasta para la supervivencia de sus colaboradores, por lo tanto, es responsabilidad de los líderes actuar y relacionarse de maneras que los colaboradores vuelvan a sus casas satisfechos, tranquilos y serenos después de un día arduo en el trabajo.
3. El desarrollo de futuros líderes para la organización.
Los líderes del presente tienen la “obligación moral” de proveer a la organización un legado de líderes jóvenes que estén capacitados y motivados para asumir los desafíos organizacionales en el futuro. Estos líderes del presente deben asegurar que los supervisores o gerentes de la actualidad realmente tengan la oportunidad de aprender y desplegar todo su potencial para prepararse a asumir puestos de mayor responsabilidad.
4. Proteger la marca empleadora.
En la actualidad, todos estamos a “un WhatsApp, Twitter o Facebook de distancia”, de manera que las malas experiencias con estilos de liderazgos negativos en las organizaciones corren como reguero de pólvora en las redes sociales, destiñendo a su paso la marca empleadora y socavando su potencial para atraer talentos en el futuro.
En conclusión, en la mayoría de las organizaciones los gerentes son premiados por resultados tangibles y “visibles”, tales como las ventas y las utilidades, sin embargo “las cuatro responsabilidades invisibles” mencionadas arriba son claves para lograr o impulsar esos mismos resultados tangibles. Solo los gerentes con pensamiento sistémico y capacidad de hacer distinciones se sentirán responsables de cuidar el clima laboral, las personas a su cargo y desarrollar futuros líderes.