Tras un emprendimiento fallido, un simple desafío en un almuerzo familiar se convirtió en una idea que concretó sueños en alianzas y en innovadoras propuestas para el mercado, que pronto van a trasponer las fronteras nacionales.
Grandes visionarios. Para saber si un industrial emprendedor nace o se hace aún deberán pasar muchos años, o siglos, pero lo que sí está claro es que nunca deja de soñar en nuevos desafíos. Es el caso de Guillermo Torrents, director de la empresa Torrents Fonseca Group SRL, cuya filosofía de entregar siempre lo mejor le acompaña desde muy muy pequeño.
A su primer emprendimiento llamado Kid Company, a los 8 años de edad, en el que vendía jugos con sus hermanos en la vereda de su casa, le siguieron otros como lavar autos o hasta ser pasapelotas en los partidos de tenis de su padre, de quien heredaron la seriedad de los negocios ya que les decía debían honrarse porque “el nombre y el apellido son lo más importante”.
Practicar esa ética les costó dos duros años de pagos de deudas, luego de que un proyecto con dulce de leche no les saliera como habían planeado. Sin embargo, el espíritu emprendedor prevaleció y un domingo de encuentro familiar nace la empresa Cabaña de María Delicatessen.
Sentados a la mesa, impulsados por un desafío de los padres y hablando de sacar unos productos de picadas y quesos que se solían hacer en la casa, surge la idea de investigar ese mercado de delicatessen. Pronto se dieron cuenta que en Paraguay no existía ese rubro.
La primera producción de delicatessen fue con un brasero en el patio trasero de la casa con la que obtuvieron 60 frasquitos que cargaron en una mochila y salieron a hacer la distribución ¡en el transporte público de pasajeros!
Desde entonces a hoy el panorama es muy distinto puesto que las oportunidades fueron aprovechadas y se cruzaron con personas que apuntan a los mismos valores y sueños, con las que formaron alianzas. “También creemos en la inclusión y es así que nos invitaron al Proyecto de Candela, que es una línea de productos de limpieza que cuenta con unos 18 colaboradores con discapacidad y acá estamos con Rodrigo, Cristian y Diego Sosa”, cuenta Guillermo.
Unas 60 personas forman hoy el equipo de trabajo y las líneas que ofrecen son varias. Entre ellas, “Delicatessen” (conservas, aceites y compotas), que está por salir al mercado internacional; “Mercedita” (alimentos congelados para microondas) que empezó con una línea de 6 productos y ahora sale con nuevos sabores y con guarniciones, logrado en sociedad con la familia Gómez.
Otra asociación muy importante es la establecida con las hermanas Pekholtz, que dio nacimiento a “Nuts & Fit”, una línea de mantequilla de maní, granola y tortitas instantáneas sin conservantes. También la alianza con la familia Dos Santos, para “Capanna” (alimentos congelados como pizzas), que está próxima a lanzar una amplia variedad de productos congelados, ya que se cuenta con mucha tecnología.
Con emoción, Guillermo sigue enumerando las asociaciones que dieron origen a nuevas líneas, como “Matute” (salsas y picantes), con Rafael y Tere Taveira y “Orígenes”, otra línea de salsas emprendida con la familia Caballero.
“Motoneta” es la más reciente creación de Torrents Fonseca Group, que consiste en unas salsas especiales que salieron al mercado. “Fue en honor a papá, que nos dejó hace dos años, ya que ese era su apodo. Fue una iniciativa de él y como justo homenaje a esa persona que tanto nos impulsó a seguir nuestros sueños”, explica Guillermo, que para finalizar cita otras tres líneas más: “SDMT”, su distribuidora que trabaja con 30 pymes nacionales; “Kitchen Lab”, un lugar de experiencias dentro de la cocina, y “Somos Candela”, que elabora productos de limpieza en el que el 75% de las personas que trabajan son con discapacidad intelectual.
Como buen emprendedor, Guillermo sueña cada día con nuevos desafíos, mira con nostalgia el camino andado y coloca sus fichas en la esperanza hacia el futuro. Con confianza afirma: De las cosas ordinarias hay que hacer algo extraordinario. Es su mensaje final.