El ambicioso programa impulsado por Banco GNB y la Fundación Moisés Bertoni tiene como meta no solo generar información, sino exportarla como país.
Cuando en el 2014 el Banco GNB Paraguay y la Fundación Moisés Bertoni iniciaron el programa de Becas para la Conservación eran conscientes del impacto positivo que supondría la iniciativa, pero no imaginaron hasta qué punto. A pesar de ser una propuesta relativamente nueva, pocos años bastaron para que pudieran magnificar la importancia de apoyar las investigaciones científicas, un área bastante relegada en el Paraguay.
La tarea no solo sirve para mejorar la calidad de vida de las comunidades vecinas a la Reserva Natural del Bosque Mbaracayú, garantizando también la sostenibilidad de los recursos, y sobre todo la conservación de los bosques, sino que también fomentan bases sólidas y se genera información valiosa, ya que uno de los aspectos que se destaca en el proyecto es que cuando los alumnos presentaban sus diferentes trabajos de investigación, la mayoría manifestaba que no tenía datos de estudios anteriores para comparar. No existían. Hoy día, además de beneficiar a los estudiantes universitarios al brindarles la oportunidad de generar conocimiento, se beneficia a la sociedad en general, sobre todo el entorno de la Reserva.
El desarrollo de investigaciones que aportarían para mejorar la calidad de vida de las comunidades, además de lo educativo y ambiental, e incorporar un componente social, fue determinante para apoyar este programa, explicó Osvaldo Serafini, gerente general y vicepresidente del Directorio del Banco GNB Paraguay, quien agregó que "aportamos así un pequeño granito de arena, pero que sabemos surte un efecto de importancia y deja una huella para que las generaciones que nos sucedan encuentren una base para dedicar un mayor cuidado a las ya pocas reservas de bosques vírgenes que nos quedan".
La llegada del Banco GNB a Paraguay hacia finales del 2013 fue la semilla que hacía falta para que todo este esfuerzo echara a andar y comenzara a dar sus frutos. Osvaldo confiesa que él llevaba muchos años de conocer a los representantes de la fundación y a sus principales referentes ya que había logrado acuerdos de cooperación y apoyo; pero que con la entidad bancaria revisaron y redefinieron la estrategia de Responsabilidad Social Empresarial y decidieron hacer énfasis en tres ejes principales, y uno de ellos resultó ser la preservación del medio ambiente a través de acciones y programas que se alinearían al tema de la ecología.
Involucramiento privado. El análisis de ambas instituciones concluyó en que no había manera de separar el cuidado del medio ambiente de la educación por lo que meses después surgió la idea de las Becas para la Conservación que, según Osvaldo "no solo cumple con las premisas de nuestra estrategia, sino que también nos llena de satisfacción".
Danilo Salas, gerente de Investigación y Conservación de la Fundación Moisés Bertoni, reafirma las palabras de Osvaldo y agrega que si bien en los últimos años la investigación en Paraguay se ha ampliado gracias al apoyo del Estado por medio del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), es claro que solo con el involucramiento del sector privado en Paraguay se podrá pasar de copiar conocimiento a generarlo y además exportarlo como país.
"Es el sector privado el que tiene y conoce las necesidades de investigación básica en algunos casos y aplicada en muchos otros relacionadas con la generación de capital", aseguró Danilo, ya que solo cuando se puedan unir quienes demandan el conocimiento –en este caso el sector privado– con quienes lo pueden generar, como los estudiantes o investigadores, se podrá pasar a una etapa en la que se comprenda que invertir en investigación es invertir en un futuro prometedor.
Educación. Esa filosofía fue una de las razones que impulsó al Banco GNB a crear Becas para la Conservación, ya que según Osvaldo no se puede abordar el cuidado del medio ambiente sin ocuparse de la educación. Por eso el apoyo financiero que brindan a las tesis de grado y/o postgrado de cualquier carrera universitaria, cuyo tema central y enfoque esté puesto en la conservación, el conocimiento o el uso sostenible de la biodiversidad en el área de la Reserva Natural del Bosque Mbaracayú.
Danilo explica que el impacto de las becas es más amplio ya que el aporte generado por las tesis tiene diversas variantes. La primera, asegura, es el conocimiento en sí mismo que se ha generado en diversas áreas como botánica, zoología, servicios ecosistémicos y temas sociales.
La relevancia también está en función a la aplicación de toma de decisiones según el conocimiento, por ejemplo en el caso de las investigaciones que se denominan como temas sociales. Resaltan tesis que han generado información sobre calidad del agua de algunas comunidades rurales, o el nivel de conocimiento que tienen algunas comunidades educativas sobre temas ambientales, resultados que pueden ser aplicables en campos de salud o de educación.
"Finalmente, las investigaciones que referenciamos como servicios ecosistémicos permiten a las comunidades (en las cuales se han aplicado) conocer y entender el valor de los bienes y servicios que sus bosques les proporcionan, permitiendo que determinen qué decisiones tomar", enfatiza el representante de la fundación.
En cuanto al capital destinado para este programa, Osvaldo cuenta que en este corto tiempo el Banco GNB ya facilitó más de 20 investigaciones en el marco de "Becas para la Conservación" por un monto que ronda los G. 120 millones. Un detalle que revela –y que más que un valor económico significa un inimaginable aliciente– es que GNB logró un involucramiento directo de sus colaboradores que forman parte del esquema de voluntariado interno, y que estos interactuaron estrechamente con la fundación y realizaron visitas a la reserva en el marco de otro programa que desarrollan juntos.
"Tiene que ver con el apoyo al Centro Educativo Mbaracayú, donde se forma a niñas de la zona de influencia de la reserva y se las prepara y capacita para que al volver a sus comunidades regresen con una metodología y oficios que les permitan mejorar la calidad de vida de ellas mismas y de su entorno más próximo", declara Osvaldo con emoción.
Postulantes. Para lograr la operatividad de este emprendimiento, se diseñó un sistema de etapas dentro de un proceso de selección de las propuestas.
Mediante formatos preestablecidos, que constan de dos fases de preselección, un grupo de profesionales destacados determina las mejores propuestas en términos de beneficios sociales y aportes al conocimiento. El proceso sigue con la conformación de un comité integrado por un selecto grupo de investigadores reconocidos social, cultural y científicamente en Paraguay, y representantes del Banco GNB; de esta forma se evalúan y seleccionan las propuestas de investigación a ser apoyadas.
Osvaldo detalla que todo este proceso se realiza en el marco de la utilización de un sistema de formatos definidos con anticipación. Por eso, asegura, que esto garantiza el proceso ya que guarda una transparencia y así también se facilita la labor del comité. Además, todo el proceso es adecuadamente informado a los postulantes y al público en general.
Información. Las copias de los trabajos realizados están disponibles para consulta pública en el Centro de Documentación de la Fundación Moisés Bertoni, asegura Danilo, quien avisa que no los pueden subir a la web por temas de restricción que tienen las universidades con sus alumnos.
En cuanto a los próximos pasos a seguir, adelanta que invitarán a otras empresas y organizaciones del sector privado para que aporten fondos para poder ampliar el número de beneficiarios, pero al mismo tiempo pretenden divulgar más esta oportunidad en carreras que tienen mucho que ofrecer y que no necesariamente están ligadas a temas de conservación como diseño o arquitectura, entre muchas otras.